El Consulado General de la República Popular de China en Sao Paulo, Brasil, envió a la redacción de ABC un comunicado en el que explica su posición sobre la adopción de la resolución 2758 de las Naciones Unidas y expresa lo siguiente:
"Recientemente, Lin Chia-lung -responsable del Departamento de Asuntos Exteriores de la región de Taiwán- publicó un artículo en los medios de comunicación de Paraguay afirmando falsamente que ‘la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU no menciona la representación de los 23,5 millones de ciudadanos de Taiwán en el escenario internacional’ ”; y añade que “dichas palabras constituyen una completa distorsión de los hechos, una falsificación descarada de la historia y una violación del derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales”.
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Según la misiva firmada por la representación diplomática de China, asentada en Sao Paulo, “el 25 de octubre de 1971, la 26ª Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución 2758, que decidió restaurar todos los derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas, reconociendo al Gobierno de la República Popular China como el único representante legal de China en la ONU y expulsó inmediatamente a los representantes de las autoridades taiwanesas de la ONU y todos los organismos relacionados".
Según el Consulado de China, “esta resolución resolvió completamente la cuestión de la representación de China en las Naciones Unidas, incluido Taiwán. Desde entonces, la denominación utilizada para Taiwán en los documentos oficiales de la ONU ha sido siempre ‘Taiwán, provincia de China’ ”.
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Añade el comunicado que “como parte inalienable del territorio de China, Taiwán no tiene argumento, razón ni derecho alguno para participar en las Naciones Unidas u otras organizaciones internacionales donde participan sólo estados soberanos. En este principio no hay zona gris ni espacio para la ambigüedad. Cualquier intento de negar el principio de una sola China y de distorsionar la autoridad y validez de la Resolución 2758 de la ONU supone un retroceso histórico, un desafío al orden internacional establecido después de la Segunda Guerra Mundial y está destinado al fracaso", concluye la nota oficial de la sede diplomática.