Según la enfermera Riveros, su trayectoria en el ámbito de la salud pública en este municipio comenzó en el Centro de Salud de la compañía Capillita. Posteriormente, tras una solicitud de la doctora Celeste Auria Villalba, directora de la Novena Región Sanitaria, y una resolución ministerial N°2242/2024, firmada por la ministra doctora María Teresa Barán, fue trasladada temporalmente al Centro de Salud local.

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La licenciada Riveros reconoce haberse ausentado de su puesto de trabajo en algunas ocasiones debido a la internación de su hijo, situación que, según afirma, comunicó debidamente a la directora del nosocomio, Dra. Laura Correa. “Comunicé mi situación a la directora. Sin embargo, no la tuvo en cuenta y pidió mi reubicación, no la desvinculación”, lamentó la profesional.
Por su parte, el intendente de este municipio Gustavo Penayo Arce (ANR), justificó la decisión de desvincular a la licenciada Riveros, argumentando que la Dra. Correa informó a través de una nota que la licenciada no estaba cumpliendo con sus funciones de manera adecuada.

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La doctora Correa manifestó en su escrito remitido a la Intendencia en julio pasado que la licenciada se ausentaba con frecuencia en su lugar de trabajo y que avisaba sobre la hora que no asistiría al Centro de Salud. Esta situación dificulta la organización de las guardias, ya que se planifican los turnos contando con su presencia, explicó el intendente Penayo Arce.
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Directora pidió reubicación
La nota de la directora del Centro de Salud, según el intendente, también menciona que esta situación “afecta al equipo y a la atención de los pacientes” y solicita que se evalúe la situación de Riveros y, de ser posible, se considere su reubicación, ya que “actualmente no está aportando al funcionamiento operativo del servicio”.
Penayo Arce agregó que la Municipalidad necesitaba un profesional en el Centro de Salud de la compañía Montiel Potrero y que contrataron a otra licenciada para ese puesto. “Necesitamos de gente que quiera trabajar y que sea responsable”, enfatizó. Además, el intendente reveló que Riveros percibía un salario mensual de G. 1.500.000 y que, a pesar de que se le solicitaba trabajar dos veces por semana, “no lo hacía”.

A pesar de la desvinculación, Lurdes Rosana Riveros continúa asistiendo al Centro de Salud local, con la esperanza de que el intendente Penayo Arce reconsidere su postura. “Estoy esperanzada de que revea su postura”, expresó. Pero también advirtió que, en caso de no llegar a un acuerdo, denunciará a la Municipalidad local por despido injustificado.