El obispo de la diócesis de San Lorenzo, monseñor Joaquín Robledo, presidió este domingo la misa central en honor de la protectora espiritual de la localidad de Itauguá, departamento Central, Virgen del Rosario.
En medio de la reflexión religiosa, el prelado no pudo ignorar la realidad que vive nuestro país, que se encuentra sumida en medio de la violencia, crímenes y una justicia manipulada.

Destacó que la justicia debe ser fortalecida, justa y no ser utilizada para beneficiar a algunos privilegiados o para blanquear a algunos que ostentan el poder.
“La justicia ha de ser fortalecida para que sea justa y no manipulada en provecho de unos o para provecho propio, porque eso no es humano, no es justo ni mucho menos cristiano”, expresó el religioso.
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Resaltó que debemos ser colaboradores del bien común, del bien de las personas, no del desorden, la destrucción y la violencia, como ocurre actualmente en todo el mundo.

Dijo que muchos se preguntan: ¿hasta cuándo la violencia, los crímenes, el desorden?, y que es tiempo de reflexionar y seguir los ejemplos de la Virgen María, que siempre fue obediente y servicial.
“Cuántas cosas ocurren hoy día, que no es humano ni cristiano, cuantos llantos y sufrimientos, violencias y es por ello que recurrimos a María, que es nuestra esperanza y guía para llegar al señor”, indicó.
El obispo indicó además que la fe nos hace justos, que Dios nos justifica e invita a operar por la caridad, a ser más justos y que hoy la Virgen María pide poner los dones de la caridad al servicio común.
Tras la misa central se realizó la tradicional procesión de la sagrada imagen de la patrona espiritual de la ciudad, Virgen del Rosario. Una multitud acompañó la peregrinación.

La imagen recorrió el casco urbano en una carroza impulsada a pulso por los feligreses. El novenario continúa hoy y la misa del martes, día litúrgico, se realizará a las 19:00 y estará a cargo del párroco local, Pedro Brítez.
Templo cumplió 117 años de construcción
El templo parroquial, erigido en honor a la protectora de la localidad, festejó ayer 4 de octubre, 117 años de su construcción y es una de las principales atracciones turísticas de la zona.

La parroquia fue bendecida un 4 de octubre de 1908, siendo cura interino, el presbítero Isidro Gavilán. Estaba como obispo diocesano, monseñor Juan Sinforiano Bogarín, durante el pontificado del Papa San Pío X.
En aquel histórico día, la Virgen del Rosario recibió su nueva morada: un templo que, más de un siglo después, sigue siendo el corazón espiritual de la localidad. Hoy día forma parte del patrimonio cultural del país.

“Un hecho histórico de enorme valor ocurrió también en este mismo templo: en el mes de junio de 1964, se ofició aquí la primera misa nativa del Paraguay, un signo profundo de inculturación de la fe, donde la devoción y la identidad nacional se encontraron en una misma alabanza a Dios”, recordó el párroco.