Desde la Plaza de Armas, en el centro de Asunción, los laicos peregrinaron esta mañana hasta la Catedral, donde el arzobispo y cardenal Adalberto Martínez, ofició una misa centrada también en el día del paraguayo San Roque González de Santa Cruz. En su homilía, afirmó que la vida cristiana no se vive desde el palco, sino en la construcción de comunidad y el compromiso con la realidad.
“El Salmo 22: nos asegura que el Señor camina con nosotros incluso en los momentos más difíciles: Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo. Esta palabra hoy habla con fuerza a tantas realidades de sufrimiento en nuestro pueblo: jóvenes atrapados en las adicciones, familias golpeadas por la pobreza, ancianos en soledad, comunidades indígenas despojadas de sus tierras, campesinos expulsados, migrantes que buscan un futuro más digno”, señaló monseñor.
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“Y de manera especial, este salmo ilumina el dolor profundo de las familias que viven el drama de los desaparecidos. ¿Dónde están nuestros desaparecidos?, tantos nuestros connacionales que han desaparecido ya en décadas pasadas y que aún no han sido hallados, como los desaparecidos de hoy, víctimas de la trata, los secuestros, las extorsiones y el crimen organizado”, añadió.

“Cada desaparecido es un hijo de Dios, y cada búsqueda es sagrada”, remarcó y aseveró: “Es urgente avanzar hacia un Registro Único Nacional de Personas Desaparecidas, que permita saber con claridad cuántos son, quiénes son y cómo está siendo llevada adelante su búsqueda”.
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Insta a colaborar en los casos de desaparición de personas
“Este registro no es un detalle técnico, es una responsabilidad ética, humana y espiritual. Y este camino exige la colaboración de todas las instituciones del Estado paraguayo”, dijo Martínez y citó a la Fiscalía, la Policía, el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, la Secretaría de la Juventud, el Parlamento, la Corte Suprema de Justicia “y todas las instancias encargadas de la seguridad y protección de la vida, que necesita ser dignificada”.
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Instó a que también participen “organizaciones civiles que trabajan con la niñez y la adolescencia, con derechos humanos, con comunidades indígenas, con víctimas de trata y violencia, así como de fundaciones y asociaciones que desde hace años realizan una labor silenciosa y valiosa”.
El cardenal explicó que la Iglesia no reemplaza al Estado, “pero acompaña, ilumina, anima y sostiene todo esfuerzo que busque defender la dignidad humana”. Instó a la comunidad católica a denunciar la desaparición de personas y a involucrarse en estos casos.
¿Y el Registro Nacional de Personas Desaparecidas?
El proyecto de ley que prevé el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y el sistema de Alerta MAFE, en memoria de María Fernanda Benítez, fue aprobado en setiembre, en el Senado, con modificaciones, eliminando la posibilidad de dejar al arbitrio de las autoridades cuándo aplicar el protocolo. El documento, conocido como Ley Mafe, está en Diputados, a la espera de su tratamiento.
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Según datos oficiales, solo este año, hasta setiembre ya eran más de 700 las personas desaparecidas en el país. María Fernanda Benítez es la adolescente embarazada que este año desapareció en Coronel Oviedo, Caaguazú y, días después fue encontrada asesinada y calcinada. El emblemático caso dio impulsa al proyecto de Ley, que no termina de aprobarse.
El santo paraguayo y un llamado a los laicos
El cardenal Martínez resaltó que San Roque González, mártir, “fue un verdadero abre caminos del Evangelio. Fundó pueblos, defendió la dignidad de los pueblos indígenas, acompañó comunidades y abrió sendas de fe donde nadie antes había llegado. Pero, sobre todo, abrió caminos en los corazones. Él y sus compañeros, San Alonso Rodríguez y San Juan del Castillo, vivieron su bautismo hasta las últimas consecuencias, sembrando la Buena Noticia con valentía, paciencia, cercanía pastoral y entrega plena al Señor”.
“Hoy, el Paraguay necesita laicos que abran caminos. Laicos que, desde su fe, construyan unidad donde hay división; que promuevan la paz donde hay violencia; que protejan la vida donde está amenazada; que defiendan a los más vulnerables; que acompañen donde hay dolor; que iluminen donde hay oscuridad; y que trabajen con perseverancia por la justicia y la dignidad humana”, dijo.
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“La presencia cristiana en el mundo se expresa con hechos concretos: con solidaridad, con honestidad, con compromiso, con servicio, con amor al prójimo y con la firme decisión de sembrar el Evangelio en cada ambiente”, añadió.
Roque González de Santa Cruz nació en Asunción, el 17 de noviembre de 1576 y falleció en Brasil, en 15 de noviembre de 1628. Fundó lo que hoy son Posadas y Encarnación. Fue canonizado por el papa Juan Pablo II en 1988. Esta mañana, al término de la misa, el cardenal Martínez realizó una bendición especial al corazón incorrupto del Santo, una reliquia de la Capilla de los Mártires de la parroquia Cristo Rey.
