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Un informe de auditoría arrojó que en la institución se registró un faltante de unos G. 1.070 millones. Ante esta situación, el fiscal Cabrera se constituyó en las oficinas de Senepa para requisar evidencias. Se menciona que el faltante solo en materia de combustible sería mucho mayor. También hay desvío en compras de insecticidas, hecho perpetrado inclusive en plena época de alerta por dengue.
La auditoría detectó que hubo meses normales en los que se usó en promedio unos 580 litros de insecticida, mientras que en otros de alerta por dengue y chikunguña se utilizó en promedio 1.600 litros; posteriormente, cuando se normalizó nuevamente la cobertura, en vez de reducirse el consumo de insecticidas se llegó a usar 2.394 litros. En abril pasado, en un operativo conjunto con la Fiscalía, descubrieron que había funcionarios que vendían bidones de 20 litros de insecticidas a un precio de entre G. 300.000 y G. 400.000 cada uno.
“Incautamos documentos de supuestas rendiciones de uso de combustible para la actividad de esta institución y, según informe de auditoría, el combustible fue utilizado para un fin ajeno a la institución. Solamente en un documento que consideramos poco serio para una rendición se habla de 25.000 litros”, dijo el fiscal Martín Cabrera. Igualmente, habló de que se detectaron importantes cargas de combustibles en vehículos que hace tiempo fueron dados de baja en Senepa. En otra parte, el fiscal explicó que todavía no se tiene un monto exacto del desvío de dinero, dado que no se concluyó con la auditoría.
También se hicieron pedidos de mantenimiento en un taller en Concepción, pero en esa parte del país Senepa no cuenta con instalaciones. Irregularidades como estas y otras saltan a primera vista, según el fiscal solo una vez analizados todos los documentos se tendrá un panorama más claro.