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“(La nutria) estaba sobre el cordón de roca instalado como defensa costera, hasta que se percató de la presencia de 'intrusos' y volvió al río”, informó un vecino.
Estos animales, también llamados lobos de río, viven generalmente en las desembocaduras de arroyos, se alimentan de peces y cada tanto son avistados en esta zona.
El administrador del zoológico encarnaceno Juan XXIII, Victoriano Fretes, destacó el nivel de conciencia ciudadana al no molestar a este poblador del Paraná.
“Es frecuente que cuando se encuentra algún lobito de río o curiyú o algún otro animal, por desconocimiento, la gente opta por matarlos", afirmó.