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A pesar del esfuerzo que realizan los trabajadores por poner en funcionamiento el acueducto, esta tarea se vuelve cada vez más una misión realmente imposible. A cada instante, se producen roturas en los inservibles caños que componen los más de 200 kilómetros de tuberías desde Puerto Casado hasta Loma Plata.
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La Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP), a través de un compromiso del Gobierno nacional, procedió a contratar a una empresa para realizar estas reparaciones, que comenzaron en octubre del año pasado. Inicialmente, se prometió llevar el agua hasta los tanques reservorios del Chaco Central para finales de 2024. Sin embargo, hasta la fecha, esto no se ha logrado y se desconoce el estado de avance de estos trabajos parches.
En cada intento por bombear el agua, se producen roturas en los tubos, lo que obliga a detener el trabajo y proceder a “remendar” las tuberías. Para ello, se utilizan fibra de vidrio y resina mezclada con un endurecedor, pero, lamentablemente, esto tampoco está dando el resultado deseado, ya que la presión del agua vuelve a causar rupturas a escasos metros, lo que evidencia que sería un trabajo inútil.
Otro de los inconvenientes que se ha encontrado a lo largo de los 203 kilómetros de tuberías es la proliferación de malezas y raíces de plantas dentro de los tubos, que están cubiertos por tupida vegetación. Esto ocurre principalmente en las zonas elevadas, donde están instalados los sistemas de purga de aire, cuyas tapas, en su mayoría, se encuentran tiradas a los costados.
La estación de toma de agua en Puerto Casado, que en su inauguración fue toda una sensación por las maquinarias de última generación que poseía, lamentablemente, en la actualidad se encuentra prácticamente abandonada. Varias de estas máquinas ya no funcionan, y otras tantas aparecen desarmadas a la espera de ser reparadas.
Con este panorama desalentador, hay poca esperanza de que los pobladores del Chaco Central puedan recibir agua. Además, todo indica que la ESSAP estaría realizando un nuevo gasto inútil en estos trabajos parciales e ineficaces, que, según su titular, Luis Fernando Bernal, ya han representado una inversión de G. 2.200 millones.
La construcción del acueducto se inició en 2012 con una inversión inicial de US$ 120 millones. En 2022, el Gobierno del expresidente Mario Abdo Benítez logró poner en funcionamiento el sistema, pero solo por dos semanas. Desde entonces, comenzaron los problemas con las cañerías destruidas y nunca más se logró bombear el vital líquido desde el río Paraguay, como establecía el proyecto inicial.
Lluvias
A inicios de la semana, y por un lapso de dos días, se registraron lluvias de grandes magnitudes en el departamento de Boquerón, lo que contribuye a paliar el problema de la sequía en la región. Estas precipitaciones llegan en un momento más que oportuno.
Sin embargo, como está sucediendo últimamente en el Chaco, las lluvias se dan de forma desproporcionadas. En el norte del departamento se produjeron las mayores precipitaciones, que superaron los 200 mm, mientras que en otras zonas apenas se llegaron a los 50 mm.
Algunas marcas de lluvia son: Filadelfia, con 120 mm; Loma Plata, con 60 mm; Línea 32, con 268 mm, siendo la zona donde se produjo la mayor cantidad de precipitaciones, lo que provocó que los caminos quedaran inundados. En Pedro P. Peña llovió 130 mm; en Laguna Negra 130 mm; en Lolita 160 mm; en Paratodo 175 mm; en Cruce Pioneros 90 mm; en Campo León 30 mm y en Buena Vista 62 mm, entre las principales regiones.
