El tractor municipal, tirando un acoplado con más de 4 mil kilos de víveres, partió de esta comunidad a tempranas horas de la mañana del lunes 12 de mayo. El destino final era la localidad de Toro Pampa, distante a 62 kilómetros, y la principal misión consistía en entregar víveres a las estancias ubicadas a lo largo de este camino, cuyas familias ya estaban sintiendo la falta de diversos tipos de alimentos.
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Al mando de la poderosa máquina se encontraba Nicasio Meza, acompañado por un ayudante, ambos funcionarios municipales. Además, llevaban a otras cuatro personas como pasajeros ocasionales, quienes pretendían llegar a las estancias.
Apenas iniciada la partida, ya se encontraron con el drama del camino inundado, que imposibilitaba conocer con precisión por dónde transitar, debido a la gran cantidad de pozones existentes, producto de las correntadas de agua.
Solo 17 kilómetros de avance en primer día
“El primer día apenas logramos avanzar 17 kilómetros" relató el tractorista, ya que quedaron atascados precisamente en uno de estos enormes pozos. Por ello, se tuvo que esperar la llegada de otro tractor para que los ayudara a salir de dicha situación. Esto se logró recién en horas de la tarde de ese día. Apenas reiniciaban la marcha, el acoplado se volvió a trabar debido a la gran cantidad de carga que llevaban.
Esta vez ya no se contó con la ayuda del otro tractor, por lo que, sorprendidos por la noche, no hubo otra alternativa que dormir en el lugar, en medio del agua, el barro y los enormes mosquitos, a pesar de que aún ni siquiera se había completado la mitad del viaje. “Sin embargo, la fe de que llegaríamos a destino estaba intacta”, nos dice don Nicasio.
Apenas clareaba el segundo día de esa odisea, “comenzamos a trabajar y, luego de varias horas, logramos liberar el acoplado y así continuar el viaje. A partir de ese momento ya llegaban junto a nosotros los primeros estancieros a caballo para retirar sus encomiendas, en medio de una total felicidad por recibir los alimentos”, refiere.
Ese segundo día pudieron completar unos 45 kilómetros desde su partida; aún quedaban casi 20 kilómetros para llegar al destino propuesto. La noche, una vez más, les sorprendió, por lo que tuvieron que descansar nuevamente en el camino. Ya en el tercer día, al reiniciar el viaje, por fin, pasado el mediodía del miércoles, llegabaron a la localidad de Toro Pampa, donde entregaron las últimas cargas de provisiones, según relató el hombre.
Rostros de felicidad
Don Nicasio trabaja desde hace tiempo como tractorista y conoce bien los caminos del distrito. Él refiere que, en condiciones normales, los 62 kilómetros entre Fuerte Olimpo y Toro Pampa los recorre a bordo de su tractor en unas cuatro horas. Sin embargo, debido al estado actual del tramo, le tomó tres días completarlo.
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“Realmente, esta odisea de tres días la realizamos con mucho sacrificio y esfuerzo, sorteando los riachos formados en el camino. Pero todo vale, pues ver los rostros de felicidad de las personas que recibían sus víveres no tiene precio. Hendy ma curi la situación ko’a ñande rapichándive (ya era crítica la situación de estas personas) por la escasez de alimentos”, decía el hombre.
De regreso a la capital departamental, el viaje fue más rápido, ya que estaban liberados de la carga y pudieron llegar en un solo día. Trajeron a más de diez pasajeros ocasionales que necesitaban viajar en las embarcaciones que llegan a esta localidad", según refirió.
Finalmente, el tractorista expresó que se siente orgulloso de realizar esta ayuda. Relató que se tiene planeado realizar el mismo itinerario, atendiendo los numerosos pedidos de auxilio de las familias por contar con los víveres.
