Los numerosos hechos protagonizados por pobladores de estas localidades aisladas hacen presumir que, de verdad y a pesar de las tantas necesidades por las que pasan hace décadas, estas personas tienen un sentimiento de verdadero arraigo por tierras chaqueñas. Lejos de pensar en rendirse y migrar hacia otras regiones del país, logran, sin embargo, sacar fuerzas para intentar superar estas adversidades.
Sin dudas, la falta de caminos y la imposibilidad de transitar desde hace dos meses sobre todo a la hora de intentar asistir con alimentos a las familias aisladas hizo que pudiéramos ver acciones de mucho sacrificio y puro heroísmo por parte de numerosas personas. Un ejemplo de ello es la odisea del tractorista municipal Nicasio Meza, quien, a bordo de su máquina, desafió los riachos formados a lo largo del camino para llevar víveres a pobladores de comunidades y estancias.

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En condiciones normales, cubrir los 62 kilómetros de distancia entre la capital departamental y Toro Pampa le tomaba unas cuatro horas, según nos comentaba el trabajador. Esta vez, y dadas las condiciones del camino, lo realizó en tres días. En varias ocasiones, su máquina quedó atascada en los enormes pozos formados por la fuerza del agua, por lo que Nicasio y su ayudante debieron dormir en medio del agua y el barro, soportando el acoso de los temibles mosquitos.
Al término de esta aventura, el tractorista, lejos de quejarse por los dolores y el esfuerzo realizado durante el viaje, dijo sentirse feliz por haber logrado hacer llegar alimentos a numerosas familias de las estancias y las comunidades. “Me emocionaba ver sus rostros de felicidad”, nos decía el humilde trabajador.
Siete días de odisea
Si lo de don Nicasio fue toda una enorme hazaña, no menos destacable fue la protagonizada por don Francisco Coronel, un comerciante de la zona, quien en compañía de tres ayudantes tardó toda una semana en hacer llegar mercadería a la localidad de María Auxiliadora, una de las poblaciones más alejadas de la capital departamental.
El hombre, a bordo del tractor y su acoplado, se demoró todo ese largo tiempo en su intento por transportar las mercaderías desde la ruta Bioceánica hasta la comunidad en cuestión, distante a 125 kilómetros. El desastroso estado del camino hizo que pasara varias noches rodeado de agua y sufriendo el constante ataque de mosquitos.

Aun así, nunca desistió de su intención de hacer llegar los víveres hasta María Auxiliadora, considerando que las familias estaban totalmente desabastecidas de productos. Además, la asistencia de la SEN se demoraba una eternidad para entregar apenas unos 23 kilos de alimentos.
Desagote de camino
Fueron los ganaderos del sur quienes iniciaron los trabajos de reparación de una parte del camino que conecta con la nueva ruta asfaltada de la Bioceánica. En este mismo tramo, pero hacia el norte del departamento, algunos pobladores de Toro Pampa comenzaron a realizar trabajos para desagotar el camino inundado. Para ello, inicialmente organizaban las famosas vaquitas o colaboraciones, ante la total orfandad por parte de las autoridades.

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Estos voluntarios, capitaneados por don Amalio Valdez y sin recibir paga alguna, movidos únicamente por el deseo de contar con el camino, trabajaron de forma incansable, logrando secar varios kilómetros. Esto permitió que las autoridades municipales, y luego las de la gobernación, se sumaran para acelerar la reparación del tramo. Lamentablemente, los trabajos tuvieron que paralizarse momentáneamente debido a las nuevas lluvias registradas.
En estos momentos son ellos de nuevo quienes están reiniciando las tareas de desagotar el camino, todo esto ante la ausencia de las autoridades nacionales.- del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, quienes, lejos de esta zona del desastre natural, se pasan en sus lujosas oficinas supuestamente planeando cómo se hará la reparación de estos caminos.
Estas verdaderas historias de personas que viven y sienten estas necesidades, y buscan la manera de cómo combatir los problemas a pesar de la pobreza en la que se desenvuelven, ponen de manifiesto el profundo amor al terruño chaqueño de estas lejanas comunidades.
