Una pobladora Ishir de la comunidad denominada Abundancia, ubicada a unos 3 kilómetros del casco urbano de Fuerte Olimpo, fue derivada de urgencia la semana pasada hasta Concepción. La mujer, identificada como Antonia Servián López, presentaba complicaciones en su estado de gravidez.
La parturienta posiblemente necesitaba entrar en cirugía para que se le practicara una cesárea y, atendiendo a que en el Hospital Regional de esta comunidad no se realizan cirugías desde inicio de año debido a la falta de anestesista, se decidió evacuarla a bordo de un avión militar hasta el primer departamento.
Finalmente, apenas aterrizaba el avión en el aeropuerto de Concepción, la mujer entró en trabajo de parto y, con la ayuda del personal de blanco que la acompañaba, pudo dar a luz prácticamente en pleno vuelo. Al final, no se requirió ningún tipo de cirugía para la llegada de la criatura.
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Regreso
El estado de salud de la mujer evolucionó de buena manera, por lo que recibió el alta médica tanto ella como su bebé. Pero, atendiendo a su condición de persona humilde y al no tener dónde quedarse en Concepción, en un gesto de humanidad una ambulancia del hospital de Fuerte Olimpo se encargó de su traslado, para llevarla nuevamente a su comunidad.
El viaje hacia Fuerte Olimpo desde el primer departamento se inició este martes en horas de la mañana y, en horas de la tarde, la comitiva con la madre y el bebé a bordo llegó hasta la zona conocida como “65”, donde comienza el camino de tierra de unos 140 kilómetros para llegar al destino final.

Como el lunes se registraron lluvias en el departamento, se implementó la barrera de clausura inicialmente para todo tipo de vehículos, con el objetivo de proteger y evitar que se destruyeran aún más los precarios tramos ruteros. Como las precipitaciones no superaron los 20 mm y con la ayuda del astro sol que comenzó a relucir desde tempranas horas de este martes, el tránsito se liberó al mediodía, pero solo para vehículos pequeños.
Irresponsabilidad criminal
Los primeros conductores comenzaron a transitar por el camino a bordo de vehículos livianos. Ese hecho alertaba que la ruta aún no estaba en condiciones para camiones pesados, pues se podían visualizar algunos charcos de agua. En tanto, un desubicado conductor a bordo de un camión transportador, no respetó la barrera y procedió a circular en esas condiciones.

Con la pesada carga, ya que transportaba un enorme camión con desperfectos mecánicos, no tardó mucho en quedar atascado a un costado del camino, obstaculizando casi por completo el paso. Cuando la ambulancia llegó al lugar, y a pesar de tratarse de un vehículo todo terreno, lastimosamente también quedó atrapada en el barro.
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Caía la noche y con ella la temperatura comenzaba a descender de manera considerable. Como no había forma de que la ambulancia saliera por sí misma, a pesar del esfuerzo del conductor, finalmente, se tuvo que acudir a una estancia cercana y conseguir la ayuda de un tractor para que pudiera ser liberada y así proseguir el viaje.
En las primeras horas de este miércoles, por fin pudieron liberar a la ambulancia luego de más de 9 horas de haber quedado atrapada en el barro. Según pudimos conocer, si no fuera porque funcionaba la calefacción del vehículo, otra hubiese sido la suerte de los pacientes, sobre todo la del recién nacido, atendiendo al intenso frío que se sintió durante toda la noche y la madrugada.
Barreras
Desde que desapareció la Asociación de Caminos no hay quien se encargue de realizar las barreras en los días de lluvias. La Gobernación alega que es una responsabilidad de la Policía, atendiendo a los varios puestos policiales que se localizan en los tramos; sin embargo, los uniformados alegan, de manera comprensible que no existe una ley que les autorice a realizar las clausuras.
Atendiendo a que el MOPC ya divulgó el resultado de la licitación para reparar los caminos en el departamento, por un monto de más de G. 16.500 millones, y considerando que estos trabajos estarían comenzando a mediados de setiembre, si no se da una solución sobre quiénes deben encargarse de las barreras, lógicamente el esfuerzo de reparación quedará en la nada.
