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La información fue confirmada a ABC Color por el fiscal Christian Roig, quien imputó por estafa al brasileño Gustavo Trinidad Correa y al argentino Óscar Pedro Ribone, ambos directivos de Vetorial, la empresa que arrendó Acepar durante el gobierno de Horacio Cartes y que se marchó dejando un enorme agujero patrimonial.
Pero el proceso en el Ministerio Público no tiene vínculos con lo que ocurrió con el Estado, sino con una supuesta estafa que Trinidad Correa, mayor accionista de Vetorial, cometió contra empresarios paraguayos vinculados con la acería y la provisión de insumos.
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Trinidad Correa fue detenido el 21 de enero en Milán, Italia, a raíz de una orden de captura internacional que Roig había pedido el año pasado y que le fue autorizada por un juzgado de San Lorenzo, explicó.
Resulta llamativo que la dependencia de Interpol Paraguay haya informado a la fiscalía sobre la detención de Gustavo Trinidad Correa recién ayer, 19 de febrero, en horas de la mañana, casi un mes después de su detención.
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Roig explicó que el Ministerio Público tiene 45 días para procesar el pedido de extradición en estos casos internacionales y reconoció que la Policía tuvo una llamativa demora para hacerlo. Sin embargo, se mostró confiado en que dentro de esos 15 días —los que le restan— podrá finalizar este trámite, que calificó de engorroso.
El agente manifestó también que pedirá un informe acerca de cuándo avisó Interpol sobre esta detención a su dependencia en Paraguay y, si encuentra irregularidades, las denunciará ante la Comandancia de la Policía.
Mario Schussmuller, uno de los empresarios que denunciaron por estafa al brasileño y cuya firma se quedó sin una importante erogación, manifestó en conversación con ABC Color que, como mínimo, el monto que Gustavo Trinidad Correa se llevó fue de US$ 5.000.000 de empresarios paraguayos.
Schussmuller también lamentó que Interpol Paraguay haya demorado casi un mes en reportar sobre la detención de este empresario que supuestamente estafó a compatriotas.
Vetorial firmó contrato de arrendamiento con Acepar a mediados de 2014 y desde entonces, hasta fines de 2017, cuando dejó de producir, registró incumplimientos en numerosos puntos del documento rubricado. En ese último año, también se retrasó en los pagos a los proveedores y en la entrega de varillas a los distribuidores de materiales de construcción, hasta que en enero pasado se retiró completamente de la acería, dejando US$ 2,7 millones de endeudamiento con los carboneros, otros US$ 5 millones con los clientes y US$ 1,5 millones con la ANDE, así como numerosas deudas más.