“El grito de los indignados se escucha”

El obispo de Benjamín Aceval, Cándido Cárdenas, resaltó hoy en su homilía en Caacupé que “el grito de los indignados se escucha y se ve de lejos”. Instó a las instituciones del Estado a cumplir con los reclamos y castigar a quienes han sido corruptos.

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Cárdenas presidió el séptimo día de novenario en homenaje a la Virgen de los Milagros de Caacupé, bajo el lema: “La misión de los discípulos es el servicio de la vida plena en Cristo”.

El obispo criticó durante su predicación los hechos de corrupción que saltaron con fuerza en los últimos meses y que han provocado la reacción de la gente, evidenciada en las movilizaciones de “los indignados” por las calles de todo el país.

Sin embargo, dijo que todo esto es una señal de que “la verdad va a trabajar de a poco en nuestro país”, siempre y cuando “se castigue a los que han mentido para robar”.

Las instituciones del Estado encargadas de esto deben asumir su responsabilidad, cumplir con el pueblo y castigar a los corruptos, manifestó.

El sacerdote recordó que Paraguay es un país rico con innumerables recursos que fácilmente pueden erradicar la aguda pobreza. “¿Qué pasa con la tierra, que va para unos pocos?”, cuestionó.

“¿Qué pasa con nuestra gente sin techo, sin viviendas dignas? ¿Dónde están las instituciones del Estado?”, continuó.

Una de las terribles consecuencias de la pobreza es la migración por motivos económicos, que implica la ruptura de las familias, lamentó Cárdenas.

Otra situación preocupante es el trabajo infantil, que una vez más evidencia la inacción del Estado, criticó.

Finalmente, instó a los fieles católicos a que sean “luz del mundo” para poder luchar contra todos estos males actuales.

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