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Las tres personas que habían sido detenidas en la mañana de este martes por supuestamente amedrentar a punta de pistolaa sindicalistas de la Federación Paraguay de Transporte, se acercaron hasta la redacción de nuestro diario para dar su versión de lo sucedido.
Se trata de Aufredi Paredes, gerente de la Línea 30; Luis Gamarra, encargado de seguridad y Guillermo Jara, jefe de operaciones de la empresa.
Según Paredes, la presencia de los tres sobre Colón y Piribebuy, donde inspectores del Ministerio de Justicia y Trabajo estaban realizando controles relativos al cumplimiento de leyes laborales, se debía a informes recibidos sobre amenazas por parte de sindicalistas del transporte que se encontraban en el lugar a los choferes de la referida empresa.
Agregó que cuenta con documentos para portar armas, ya que se dedica al manejo de altas sumas de dinero y requiere seguridad permanente. Negó que la utilizara para amedrentar a los sindicalistas.
Entre los objetos que fueron decomisados por la policía en la camioneta en que los tres se desplazaban, a parte del arma de fuego, se encuentra un bate, dos palas, una picana eléctrica, espadachín, clavos "miguelito", dos destornilladores, una hondita y dos canicas.
“Nosotros también trabajamos para la estancia de los propietarios de empresa Vanguardia, y en la estancia nosotros tenemos palomas, por eso las balitas y las honditas, como otros elementos”, aclaró.
En lo que refiere a los clavos “miguelito”, sostuvo que los mismos fueron introducidos por los sindicalistas, y apuntó directamente a Juan Villaba, dirigente de la Federación Paraguay de Transporte.
“Ellos implantaron eso en el momento que la policía nos detuvo, porque éramos perseguidos por los sindicalistas que nos seguían en tres camionetas. Para qué si somos representantes de la empresa íbamos a tener esos clavos, si esos son utilizados para reventar cubiertas de camiones. Nosotros no estamos para destrozar nuestros propios ómnibus”, indicó.
Sostuvo la federación de transportistas buscar acaparar las empresas del sector y apoderarse paulatinamente de ellas, como sucedió con la empresa Lago Ypacaraí y otras, recalcó.