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Una sola médica para una cantidad de pacientes que se agolpa en el área de urgencias de la clínica Nanawa del Instituto de Previsión Social, es la imagen que describe la tortura que deben pasar los asegurados este domingo 23 de diciembre, un día antes de la Nochebuena.
Las horas pasan y el calor hace más insoportable la situación, mientras una sola doctora se encuentra en la dependencia, y ni por casualidad da abasto para cubrir la enorme cantidad de pacientes.
La atención es lenta y algunas personas mayores lloran de dolores físicos varios, denunció Catalina Molina, asegurada, quien contó que para colmo, cuando dejaron de llamar por un buen rato a los pacientes, preguntó qué ocurría y las enfermeras le dijeron que la doctora "había ido a almorzar".
Asegurados exigen que su atención sea garantizada en forma y no tener que esperar más de medio día para una consulta.