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Una corta trayectoria político y de autoridad municipal es lo que caracteriza a Hugo Fleitas, virtual ganador de las elecciones 2018. Su primera incursión en la política fue como candidato a intendente de Isla Pucú en el 2015, donde obtuvo el triunfo gracias a acuerdos con dirigentes del Partido Colorado y una situación coyuntural de hastío de la ciudadanía, que anhelaba un cambio de timón en la localidad. Su contrincante fue Osvaldo Ovelar que aspiraba a la reelección.
Durante sus dos años de gestión no tuvo una destacada actuación, pues no realizó ninguna obra de envergadura, con la excusa de que se utilizaron los recursos para la compra de maquinarias viales para el municipio. No tiene ninguna acusación o denuncia por malos manejos de los fondos públicos.
Para asegurar el control del municipio, postuló a su hermana Sonia Fleitas para el cargo de intendenta y logró que fuera electa.
El ahora virtual gobernador electo tuvo mucha resistencia a nivel dirigencial dentro de su propio partido, por su poca trayectoria político partidaria.
Es divorciado y padre de dos hijo. Tiene cuatro hermanos, profesionales con quienes tiene varios negocios en común en Ciudad del Este y en Eusebio Ayala, como ópticas, centros de estética integral y consultorios.
Es de profesión médico especializado en Oftalmología en la Fundación Fernando Oca del Valle, diplomado en Conosur de Buenos Aires, Argentina.
Con la victoria de Hugo Fleitas como gobernador de Cordillera, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) demuestra su hegemonía en la zona, pues logra este resultado en tres elecciones consecutivas, con lo que ya estarán más de 15 años en el poder regional.
El liberal, quien tiene una casi nula experiencia como administrador público, se estima tendrá que recurrir a asesores y a las experiencias de sus antecesores, lo que plantea dudas en un cambio para mejor.
Una de las pruebas para su liderazgo y sus intenciones de emprender un buen camino, será auditar las administraciones y gestiones de sus antecesores de forma independiente.
Asimismo tendrá que demostrar su capacidad de gestión para relacionarse con el Ejecutivo y obtener beneficios para el departamento más allá de los colores partidarios.
Con una superficie de 4.948 Km2, Cordillera es el segundo más densamente poblado por detrás de Central, con un promedio de 65 habitantes por kilómetro cuadrado. Con más de 350.000 habitantes, enfrenta problemas de viabilidad por la falta de caminos de todo tiempo, especialmente en las zonas rurales.
Varias localidades viven una permanente emergencia vial, pues sus caminos de accesos son reparados una vez al año o en periodos de campaña electoral.
Esta situación afecta sobre todo a agricultores y granjeros que no pueden sacar sus productos a los centros de comercialización, hecho que afecta gravemente la economía familiar.
Otro desafío que tendrá el gobernador es la capacidad de atraer inversionistas a la zona, para la instalación de fábricas e industrias con el objetivo de generar fuentes de trabajo, teniendo en cuenta que la falta de empleos ha hecho que miles de cordilleranos hayan tenido que emigrar a países como España y Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades.
A pesar de contar con universidades públicas y privadas, es baja la tasa de universitarios por el alto costo que implica el acceso a estudios superiores.
Una de las principales quejas de los estudiantes es la falta de transportes seguros y económicos para llegar desde localidades lejanas hasta Caacupé, donde se concentran la mayor parte de las facultades.
Otro desafío del nuevo gobernador son los problemas de contaminación y depredación de los recursos naturales que afectan al departamento.
La polución del Lago Ypacaraí (que afecta al municipio cordillerano de San Bernardino) es uno de los casos más graves olvidado por el Gobierno central.
Esto va estrechamente ligado a la construcción de alcantarillados sanitarios en 19 de los 20 distritos que componen la zona. Solo San Bernardino cuenta con una red sanitaria, las demás ciudades solo recibieron promesas hasta ahora.