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El Pa’i García era oriundo de Villarrica y tomó la dirección espiritual de la parroquia de Luque en 1921. Cuando contaba con tan solo 24 años de edad ya estaba al frente de la entonces parroquia Virgen del Rosario, hoy santuario.
La construcción de la iglesia se inició en 1921 mediante su gestión. Cuenta la historia que el "Generalísimo de la fe" recibe la orden de construcción un 25 de marzo de 1921 (un Viernes Santo) por parte de monseñor Juan Sinforiano Bogarín. La obra fue inaugurada el 30 de julio de 1933 y desde entonces ha sido sitio de oración de todas las familias luqueñas.
Monseñor Bogarín había dicho al entonces Pa'i García: "García, usted me va a construir la iglesia de Luque y con ello me librará de un dolor de cabeza. Y no me ponga usted nervioso". Estas palabras las expresó Bogarín tratando de persuadir al joven religioso villarriqueño sobre la idiosincrasia que tienen los luqueños y que él supo encaminar para lograr su objetivo. Si bien culminó la construcción del templo 18 años después, su trabajo continúa siendo apreciado por propios y extraños.
El templo hoy constituye para todo Luque un monumento por su arquitectura y su bello jardín, que es considerado un santuario ecológico en donde cada domingo unas 3.000 personas asisten a la misa central. En la iglesia se venera a Nuestra Señora del Rosario, patrona de los luqueños.
El Club Sportivo Luqueño, fundado el 1 de mayo de 1921, también gracias a la intervención de Pa´i García, logró la unión de tres antagónicos clubes: el Martes Atlético, El Vencedor y el General Aquino.
Según comentan los antiguos moradores de Luque, la lucha entre los seguidores de los tres clubes fue resuelta desde el púlpito, tanto así que hasta el color azul y amarillo que lleva hoy el Sportivo Luqueño se designó mediante una salomónica decisión, pues nadie se ponía de acuerdo. Entonces, Pa'i García dijo: "Pongamos los tres colores de las casacas de los clubes y solo sacaremos dos, ese será los colores del Kure Luque".
El día siguiente de su fallecimiento, el 14 de mayo en horas de la tarde, el acto de la inhumación de sus restos mortales constituyó un acontecimiento de congoja y dolor de un pueblo agradecido. Una multitud impresionante realizó un largo cordón humano desde el kilómetro 14 para brindarle su despedida. Todo el pueblo luqueño con sus autoridades, sus instituciones de enseñanza y deportivas, encabezadas por monseñor Ismael Rolón, lo esperaban.
Cuando el féretro con los restos del Paí García llegó a su querida iglesia, el templo de Luque, envuelto en la bandera del Sportivo Luqueño, era digno de verse cómo corrían las lágrimas de ancianos, señoras y niños. El féretro fue depositado en una cripta dentro de la iglesia construida gracias a él, cumpliendo así un pedido en vida del Pa'í García.