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Marcos Vecca Villalba tiene 14 años y su vida era normal hasta hace un año, cuando en abril pasado se le diagnosticó dengue, lo cual le dejó como grave secuela una miocardiopatía.
Su madre, Eva Villalba, lo describe como un niño fuerte, alegre y con muchas ganas de vivir, quien nunca se quejó de estar cansado y que inclusive sorprendió a los médicos por llegar caminando al hospital a pesar del estado en que se encontraba su corazón.
Eva relata que luego de que le detectaran la miocardiopatía siguieron todos los tratamientos necesarios para lograr recuperar a su hijo y agradeció a los médicos del IPS por la ayuda que le ofrecieron en todo momento para mejorar la situación de su hijo. “Marquitos tenía tantas fuerzas, tantas ganas que yo pensaba que mi hijo ya estaba sano”, comentó.
Sin embargo, el Lunes Santo su perspectiva cambió por completo cuando recibió la penosa noticia de que su hijo necesitaba con urgencia un corazón para seguir viviendo. Actualmente, se encuentra internado en terapia intensiva del Instituto de Previsión Social (IPS) en un coma inducido, teniendo en cuenta que su corazón solo está funcionando en un 30%, por lo que apeló a la solidaridad de las personas.
“Que la gente tome conciencia de lo importante que es la donación de órganos, porque puede dar vida a otra vida. Mi hijo está ahora en un coma inducido, pero yo tengo la esperanza de que él va a levantarse. Él no sabe que necesita un corazón y yo quiero que se despierte con uno nuevo, porque él va a estar dormido hasta que encontremos un donante”, aseguró.
Su madre dijo que no sospechaba que el corazón de Marquitos se estaba apagando y explicó que, como todo fue muy rápido, aún no ha tenido tiempo de investigar sobre la posibilidad de un corazón artificial. “Yo no pude preguntar, ahora voy a averiguar y acudo a la buena voluntad de la gente y los directores que me ayuden a conseguir ese corazón mientras tanto”, finalizó.