Niña trasplantada necesita una vivienda

Miguela Ayala, la niña de 11 años que el martes último recibió un nuevo corazón, ahora necesita una casa en condiciones para continuar con su recuperación. La pequeña paciente permanece en el Hospital Acosta Ñu, con evolución favorable.

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Jacinta Barela, madre de la pequeña, conversó con ABC Color, ocasión en que comentó que su hija evoluciona favorablemente, a cinco días de la operación que le dio una nueva oportunidad de vida. La menor sufría miocardiopatía y desde el año pasado esperaba por un corazón, que finalmente fue donado por la familia de un menor de 17 años que sufrió muerte cerebral tras un accidente.

Aunque se encuentra estable y en buen estado, los médicos mantienen a la niña bajo observación, considerando la complejidad de la cirugía a la que fue sometida. “Está muy bien y estoy muy feliz. Gracias a Dios”, expresó la madre al ser consultada. La mujer agradeció el apoyo brindado por los profesionales, en cuyas manos estuvo la vida de su pequeña. “Les quiero agradecer por tener tanta paciencia y agradezco a quien le donó ese corazón”, expresó.

En otro punto, la madre se refirió a los nuevos desafíos que ahora le aguardan a su familia, ya que Miguela va a necesitar de una casa con las condiciones mínimas para su recuperación, como un ambiente sin humedad y con aire acondicionado. Recordó que la familia es de escasos recursos y actualmente “no sabemos dónde llevarle. Ese es nuestro quebranto ahora, pensar en dónde llevarle cuando salga”, acotó.

Recordó que ella y la niña internada actualmente en el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu son oriundas de Campo 9, departamento de Caaguazú, lo que hace aún más difícil la etapa post operatoria, considerando que la vivienda para su recuperación debe estar en las cercanías del centro médico o al menos dentro del área metropolitana. Jacinta indicó que a estas alturas la familia debió rematar todos los objetos de valor que poseía para hacer frente a los gastos. “Estamos lejos y lo que teníamos ya vendimos todo para costear el traslado y dar de comer a sus hermanos”, expresó.

Comentó que hasta ahora la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat) no se acercó siquiera a ofrecer alguna alternativa y que el apoyo que reciben es del Ministerio de Salud, a través de medicamentos, aunque igualmente debieron comprar algunos, todos de alto costo. La madre agradeció nuevamente a los médicos del Hospital Acosta Ñu, ya que los mismos se encargaron de realizar gestiones para conseguir los insumos que se requieren para la niña, a través de fundaciones. Pese a todo, reconoció que los remedios aún suponen un quebranto, ya que los mismos deben ser suministrados de manera continua.

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