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En un debate realizado en ABC Cardinal, sobre la renovación del estatuto de la Universidad Nacional de Asunción, el dirigente estudiantil Fernando Krug y Julián Chaparro, representante de funcionarios no docentes de la UNA, expusieron diferentes posturas respecto al tema.
Los estudiantes quieren que el nuevo estatuto sea aprobado antes de octubre, puesto que en ese mes se realizan las elecciones en la UNA y lo que buscan es que se renueven completamente las autoridades de forma trasparente.
Por un lado, Chaparro expresó que la propuesta del nuevo estatuto no fue debidamente socializada con todos los sectores afectados, presenta varias irregularidades y no es totalmente equitativa, como lo aseguran los proyectistas. “Los egresados, por ejemplo, tendrían mejor participación que los estudiantes y docentes, siendo que conforman un gran porcentaje de la institución y los funcionarios ni figuran. Debe haber una paridad honesta”, señaló.
Aseguró también que la Asamblea Superior Universitaria debería ser la encargada de estudiar el cambio del estatuto, no una nueva comisión, que es la que actualmente desempeña esa función. Además, esa comisión ni siquiera cuenta con representantes de todas las universidades, según el funcionario.
Por su parte, Krug señaló que la Comisión no busca que el estamento estudiantil tenga más fuerza que los demás, sino que todos tengan igual participación dentro del Consejo Superior Universitario y así lograr una convergencia entre todas las partes.
En otro momento, Chaparro expresó que hay artículos que se contradicen y que hasta avalan que continúen las falencias que motivaron el estallido de la primavera estudiantil. “Por citar un ejemplo, en una parte de la propuesta no se establece por cuánto tiempo estarán algunos docentes en el cargo; si se aprueba esto podrán seguir por décadas. Además, no plantea la trasparencia total en los altos cargos. Es muy complejo el tema”, declaró.
Sobre lo dicho por Chaparro, Krug declaró que el documento debe ser más estudiado y admitió que requiere varias correcciones. “Hay una propuesta estructurada que tiene puntos erróneos pero pueden corregirse ajustándose y agregando nuevos artículos si es necesario”, indicó. Por otra parte, manifestó que actualmente se hace difícil acceder a informaciones de la universidad que deberían ser públicas y que muchos funcionarios vinculados a la administración anterior todavía siguen en sus cargos; todo eso hace que sea urgente el cambio del estatuto, según insistió.
Ambos entrevistados concordaron con que la Asamblea debería tomarse el tiempo necesario para estudiar el estatuto, puesto que solo a través de su renovación se podrá lograr una transparencia total de la institución, que es el objetivo de todos los estamentos de la UNA.