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Existen muchos factores que pueden servir de disparadores para que los niños, niñas y adolescentes –que son los más vulnerables en situaciones de desastre- sientan presión, angustia, irritabilidad o lo que los profesionales llaman “desencanto de la vida” y esa situación puede desembocar en el consumo de drogas legales e ilegales.
Los profesionales del Ministerio de Salud están brindando atención especialmente a esa población de los afectados por las crecidas. Entre los adultos se busca sobre todo evitar que dispare la violencia, había explicado otro profesional días atrás.
“Cuando el niño o adolescente no puede administrar (los sentimientos que le generan la situación caótica que atraviesan), la forma de sanar eso que siente y no puede explicar es recurriendo al consumo de bebidas drogas o generando disturbios quizás, ya sea en la escuela, con los vecinos, en cualquier ámbito”, indicó al noticiero de ABC Color, la licenciada Nínive Troche.
Dijo que existen factores que afectan mucho a los menores de edad como la pérdida del hogar –otra cosa es la pérdida de la estructura edilicia- que significa que debe estar en un lugar que no es su ambiente, con personas con quienes no están acostumbrados a lidiar.