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Alberto Medina, padre del joven Anderson Alberto Medina Giménez, quien en julio del 2012 fue herido cuando huía de algunos efectivos policiales por parecerle sospechoso el procedimiento. La víctima se dirigía con dirección este cuando fue alcanzado por uno de los disparos efectuados por el suboficial Narciso Cañete Cáceres, según la denuncia. Por ello, el uniformado fue imputado por la fiscal de Derechos Humanos, Nancy Carolina Duarte, de Asunción, por lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas.
Una serie de injusticias relató don Medina en comunicación con la 780 AM. El proceso inició en el 2012, con una serie de incidentes presentados por la defensa del uniformado, que hicieron que recién en agosto del año pasado la causa se eleve a juicio oral y público. El padre mencionó que “lastimosamente quieren tapar con el dedo lo que el policía le hizo a mi hijo, además él no es la última víctima, no se por qué el comandante de la Policía lo tapa. Fui a querer hablar con él y no me recibió, pero si me recibió el ministro del Interior, Francisco De Vargas. El suboficial mayor Narciso Cañete, está todavía en ejercicio teniendo en cuenta que tiene una acusación en su contra”, resaltó Medina.
Denunció que hubieron varios intentos de atentados contra sus hijos, y que en una de las ocasiones que fue llevarle a su hijo a su facultad, vehículos sin chapa y personas vestidas de civil supuestamente los seguían. La denuncia la realizó ante el Ministerio Público pero hasta el momento no realizaron nada. “Todos saben que sicarios intentaron matarle a mi hijo”, mencionó el hombre.
“No nos dejan hacer lo que sabemos, que es trabajar, si tenía los recursos suficientes hace rato me iba del país, tenemos cuenta con el banco por eso tuve que exponerle a mi hijo a que trabaje porque tenemos una millonaria deuda, ya gasta 424 millones de guaraníes por mi hijo en un sanatorio privado en ciudad del Este”, dice don Medina.
Por otro lado contó que es tanta la injusticia contra su hijo, que la fiscal Nancy Carolina Duarte le digo que lo iba a imputar por resistencia. Mencionó su preocupación ya que el año que viene puede extinguirse la causa. El juez Blas Cabriza fijó la fecha de juicio para el 20 de setiembre de 2016 y el 15 de agosto del mismo año, fecha en que se extingue la causa.
“Es una burla para mi familia, es una burla lo que le hacen a mi hijo", lamentó.