Tras las lluvias, más de 8.000 kilos de basura en zona Terminal

Un triste clásico en nuestro país es que luego de cada lluvia se acumulen cantidades de basura que la propia gente arroja, aprovechando el raudal. Cuadrillas de la Municipalidad de Asunción recolectaron 8.120 kilos de basura en la zona de la Terminal.

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Sigue ocurriendo. En cada gran lluvia, vecinos asuncenos aprovechan y dejan que “el agua que corre se lleve toda la basura que se tenga que llevar”, como si esta desapareciera mágicamente y no fuera a parar a algún lugar, perjudicándonos a todos -incluso al que la tiró- y al ambiente.

Este lamentable hecho se reprisó el fin de semana y el lunes. Luego de la última tormenta, cuadrillas de la Municipalidad de Asunción recolectaron 8.120 kilogramos de basura de las rejillas ubicadas sobre Yuasy'y e Yvapovõ, en la zona de la Terminal de Ómnibus de Asunción.

Con ayuda de maquinaria pesada, los trabajadores de la Dirección de Servicios Urbanos se llevaron un total de dos camionadas, que tuvieron que recolectar con las palas mecánicas que raspan el suelo. Era la única manera de hacerlo, ya que había una gran cantidad de residuos. 

Desde Servicios Urbanos lamentan el nivel de inconsciencia que aún existe en la sociedad, pues si bien hay mucha basura que va a parar a las rejillas de por sí, arrastrada por el raudal, también hay gente que “ayuda al raudal”, deshaciéndose de su basura de manera incorrecta.

Los funcionarios de Servicios Urbanos instaron a la ciudadanía a que use basureros y no arroje basura desde la ventanilla del vehículo, ni en las rutas. “La basura, aunque no te parezca, siempre va a para a algún lugar y nos perjudica a todos”, señaló Domitila Benítez, del área de Comunicación de Servicios Urbanos.

Otro operativo que llevó bastante trabajo para las cuadrillas fue el día después de las ventas por Reyes Magos, donde la calle Eusebio Ayala desde General Aquino hasta General Santos quedó extremadamente sucia y se recolectaron 14.500 kilogramos de basura.

“Las cuadrillas estuvieron limpiando a la par que se daban las ventas, e incluso se les proporcionaban bolsas para que recolectaran sus residuos y no los arrojaran al suelo. Además, se dejaron tres contenedores disponibles para que la gente depositara ahí las basuras más grandes”, contó Benítez.

Pero nada parece ser suficiente para cambiar la cultura de la mugre, al menos hasta el momento.

 

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