Efecto local: caen precios de la soja en Chicago y suben aranceles de EE.UU.

La caída de los precios internacionales de la soja y la guerra comercial entre Estados Unidos y China están redefiniendo el comercio global del grano. Mientras Paraguay enfrenta el desafío de una oferta abundante y mercados en transformación, surgen nuevas oportunidades y riesgos en un escenario marcado por la incertidumbre.

En el caso de Paraguay, los aranceles podrían tener un efecto dual.
En el caso de Paraguay, los aranceles podrían tener un efecto dual.

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El mercado de la soja atraviesa un período de presión a la baja en los precios, una tendencia que preocupa a los productores paraguayos. A esto se suma la incertidumbre en torno a la política comercial de Estados Unidos, cuyas medidas arancelarias pueden impactar tanto positiva como negativamente en los productos primarios del país.

Una oferta global en expansión y precios a la baja

El precio de la soja ha caído considerablemente desde los niveles récord alcanzados en 2022. Según datos recientes, la cotización en la Bolsa de Chicago ha descendido a US$ 380 por tonelada en enero, una baja del 14,1% respecto al año anterior, mientras que en marzo ronda los US$ 370 para los contratos futuros a mayo. Este fenómeno responde, en gran medida, a una recomposición de la oferta global.

Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), explica que esta caída de precios se debe a cosechas abundantes en Estados Unidos y Brasil, lo que ha generado un exceso de producto en el mercado. “Estados Unidos tuvo una muy buena cosecha en 2024 y Brasil sigue expandiendo su producción año tras año. Argentina, pese a los altibajos climáticos, también tendrá una cosecha importante”, señala. Paraguay, por su parte, tampoco ha tenido una zafra récord, pero mantiene un nivel de producción sólido, aunque ligeramente inferior a las expectativas iniciales.

Este exceso de oferta presiona los precios a la baja, un factor que preocupa a los productores paraguayos, ya que reduce la rentabilidad del sector. “En general, los mercados regionales como Argentina y Brasil siguen siendo nuestros principales destinos, pero la dinámica del comercio internacional podría traer cambios inesperados”, agrega Pastore.

El factor China y la guerra comercial con EE.UU.

Un elemento clave en la ecuación de la soja es China, el mayor comprador mundial. En el contexto de la guerra comercial con Estados Unidos, el gigante asiático ha impuesto aranceles a la importación de soja estadounidense, lo que ha llevado a Pekín a enfocarse en la adquisición de grano del hemisferio sur, principalmente de Brasil y Argentina.

Aunque Paraguay no exporta soja directamente a China, la reconfiguración de los flujos comerciales tiene un impacto indirecto. “China mira con más interés a Argentina y Brasil, lo que puede valorizar las primas en el hemisferio sur. Sin embargo, aún es temprano para afirmar que esto será una ventaja definitiva”, indica Pastore. Si bien esto podría generar oportunidades para Paraguay al vender soja a Argentina y Brasil, la competencia en el mercado global sigue siendo intensa.

Los aranceles y su impacto en Paraguay

Recientemente Estados Unidos ha adoptado una postura proteccionista con aranceles a diversas importaciones, lo que ha generado incertidumbre en el comercio internacional. En el caso de Paraguay, estos aranceles podrían tener un efecto dual: por un lado, abrir oportunidades y, por otro, generar desafíos competitivos.

Uno de los principales efectos podría manifestarse en la competencia con EE.UU. en mercados internacionales. “Si por algún motivo Paraguay tuviera que vender a Europa o al sudeste asiático, enfrentaríamos una competencia fuerte con EE.UU., que buscará colocar su soja en esos destinos al no poder vender a China”, advierte Pastore.

Por otro lado, los aranceles impuestos por EE.UU. a otros productos podrían favorecer la exportación de ciertos bienes paraguayos a mercados que buscan alternativas. Sin embargo, esto dependerá de cómo evolucionen las negociaciones comerciales y de la demanda internacional.

Un juego de sumas y restas para el país

El impacto de estas medidas no es sencillo de predecir. “Esto finalmente es un juego de sumas y restas”, resume Pastore. Mientras que la caída en los precios de Chicago puede perjudicar a los productores paraguayos, una valorización de las primas en el hemisferio sur podría compensar esta caída.

En este contexto, el papel de Argentina como principal destino de la soja paraguaya cobra mayor relevancia. “Argentina compra alrededor del 75-80% de nuestra soja para mejorar la calidad de su harina de soja. Brasil, aunque en menor medida, también es un destino clave”, detalla Pastore. Si estos mercados se fortalecen debido a la reconfiguración del comercio global, Paraguay podría beneficiarse.

No obstante, existen riesgos. Si los aranceles de EE.UU. generan una sobreoferta de soja en mercados donde Paraguay también compite, los precios podrían verse aún más presionados a la baja de lo que ya están. Además, si los costos logísticos aumentan o si los mercados alternativos no absorben el volumen necesario, la rentabilidad del sector podría verse afectada.

Incertidumbre y estrategias de adaptación

El panorama para la soja paraguaya es complejo y está influenciado por múltiples factores globales. La caída en los precios internacionales es una preocupación inmediata, pero la reconfiguración de los flujos comerciales, impulsada por la guerra comercial entre EE.UU. y China, también genera oportunidades y desafíos.

La clave para los exportadores paraguayos será adaptarse a esta nueva dinámica, diversificar mercados y buscar estrategias que les permitan sortear la volatilidad del comercio internacional. Con un mercado global en constante cambio, la capacidad de respuesta del sector será determinante para su competitividad a largo plazo.

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