A medida que crece la demanda por opciones de resguardo patrimonial más accesibles y confiables, donde las tasas de interés fluctúan y los instrumentos bursátiles exigen alto conocimiento técnico, el modelo de inversión que propone Fortaleza se ha consolidado como una alternativa sólida para quienes buscan construir patrimonio real, con respaldo tangible y una trayectoria probada.
“Fortaleza ofrece un modelo de inversión patrimonial distinto, centrado en el ladrillo, a través de un sistema colectivo que permite acceder de forma progresiva y segura a bienes inmuebles. No somos una desarrolladora. Ofrecemos un sistema de inversión accesible, transparente y respaldado por más de 30 años de trayectoria, donde el capital invertido se transforma en patrimonio real, con gran potencial de valorización en el tiempo”, explica Francisco Gómez, director ejecutivo de la compañía.
Alternativa al sistema financiero tradicional
El principal diferencial frente a otras formas de inversión es la posibilidad de acceder a un activo estable sin necesidad de una gran descapitalización inicial. “La gran ventaja está en la combinación de seguridad, estabilidad y accesibilidad. A diferencia de instrumentos financieros más expuestos a la volatilidad, la inversión en ladrillo tiende a valorizarse en el tiempo. Frente a la compra directa, Fortaleza permite invertir sin descapitalizarse, desde montos accesibles, dentro de un sistema que se adapta al perfil de cada inversor y ofrece respaldo institucional”, destaca Gómez.
Este sistema atrae tanto a nuevos ahorristas como a empresarios con experiencia. “Desde jóvenes que inician su camino patrimonial hasta empresarios que buscan diversificar con inversiones sólidas. La flexibilidad del sistema permite que cualquier persona con visión de futuro y capacidad de aportar mensualmente pueda construir un patrimonio de forma segura”, asegura.

El modelo colectivo como base
De esta forma, la propuesta de Fortaleza se sustenta en el ya conocido sistema de inversión colectiva donde destacan cuatro pilares fundamentales: transparencia total, accesibilidad real, rentabilidad sostenida y solidez comprobada. “Nuestros diferenciales son claros: adjudicaciones públicas supervisadas por escribanos, aportes iniciales bajos y adaptables, proyectos en zonas estratégicas con alto potencial de valorización y una comunidad de inversores activa y creciente”.
Detrás de este funcionamiento hay también una cultura de confianza construida durante tres décadas. “La confianza es la piedra angular de nuestro modelo. Sabemos que invertir sin la tenencia inmediata de una unidad física requiere un alto nivel de credibilidad, por eso Fortaleza apuesta a la transparencia total: adjudicaciones públicas, obras visibles, reportes constantes y una comunidad activa que respalda la reputación que hemos construido. Ser reconocidos como una Empresa B también refuerza esa percepción de seguridad y compromiso”.
Trazabilidad y respaldo institucional
La firma aplica una “política de puertas abiertas” para que cada inversor tenga acceso continuo a la evolución de su inversión. “Además de las adjudicaciones públicas y los reportes financieros periódicos, cada inversor puede solicitar información, participar de reuniones y visitas a obras. Fomentamos el vínculo cercano y rendiciones de sus inversiones”, explica Gómez.
En cuanto a la composición del portafolio, la firma invierte en edificios residenciales ubicados en zonas estratégicas de Asunción y su área metropolitana. La selección de estos proyectos responde a un análisis estratégico. “Elegimos proyectos con alto potencial de plusvalía, resultado de estudios de mercado rigurosos que priorizan la ubicación estratégica, la calidad constructiva y el impacto positivo en el entorno”.

Una inversión con horizonte
Uno de los aspectos que más consulta genera en los potenciales inversores es el tiempo necesario para ver resultados. En este sentido, el modelo de Fortaleza ofrece alternativas flexibles. “Los rendimientos se dan en función del camino que elija cada inversor. Es un modelo que se adapta a distintas estrategias, permitiendo que cada uno construya su patrimonio de acuerdo con sus objetivos y planificación. Lo importante es entender que se trata de una inversión con visión a corto, mediano y largo plazo, donde el capital se convierte en un activo que crece y se valoriza con el tiempo”.
El retorno promedio anual de los proyectos ronda el 6,6%, con casos de inversores que, en un lapso de cinco años, han visto crecer su capital en más de un 33%. “Además de contar con la tranquilidad de que su capital se transformó en un activo tangible”, resalta el directivo.
Del ahorro individual al crecimiento colectivo
Para Gómez, el mercado local está evolucionando hacia una mentalidad más abierta al modelo colectivo. “Hoy, más personas valoran modelos colectivos que permiten crecer en comunidad, diversificar riesgos y acceder a proyectos de mayor envergadura. Fortaleza ha sido protagonista en ese cambio cultural, acompañando el crecimiento de una nueva generación de inversores más informados y estratégicos”.
En definitiva, el modelo de inversión que plantea Fortaleza se posiciona como una solución adaptada al contexto local, respaldada por décadas de experiencia y con una mirada que trasciende el corto plazo. Más que adquirir una propiedad, se trata de construir un camino patrimonial compartido, con cimientos de confianza, transparencia y visión a futuro.