La fuerza silenciosa de la economía: Cooperativismo en Paraguay

Con un incremento sostenido en activos, ahorros y créditos, las cooperativas paraguayas refuerzan su rol como pilares de inclusión financiera y motor económico. A pesar de los desafíos en los últimos años, hoy el sector avanza en modernización y estabilidad, mientras apuesta por seguir ampliando su alcance social.

La evolución del cooperativismo local entre 2019 y 2024 refleja un crecimiento superior al de muchos segmentos tradicionales de la economía.
La evolución del cooperativismo local entre 2019 y 2024 refleja un crecimiento superior al de muchos segmentos tradicionales de la economía.

A lo largo de los últimos cinco años, el cooperativismo paraguayo ha consolidado su lugar como uno de los motores más dinámicos del sistema financiero y del ecosistema productivo nacional. En un contexto marcado por desafíos globales –pandemia, crisis climáticas, presiones inflacionarias–, las cooperativas de ahorro y crédito, así como las de producción, no solo resistieron el embate, sino que mostraron una expansión robusta y sostenida.

Entre 2019 y 2024, los activos totales de las cooperativas Tipo A –las de mayor tamaño en el país– crecieron más de un 50%, alcanzando aproximadamente G. 47 billones (unos US$ 6.500 millones), una cifra que representa cerca del 17% del sistema financiero formal, un dato que dimensiona el peso específico alcanzado por este modelo económico en Paraguay. Esta evolución refleja no solo el aumento de su base societaria, sino también una mejora en su eficiencia, solvencia y oferta de productos.

“El sector cooperativo ha demostrado ser una fuerza silenciosa, pero vital para la estabilidad y el desarrollo económico del Paraguay”, destaca Carlos Romero, presidente del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop), en el Informe Financiero de la entidad al cierre de diciembre de 2024. Según el titular del organismo, el desafío actual es “modernizar las estructuras sin perder el espíritu solidario que caracteriza a las cooperativas”.

Evolución del índice de morosidad de las principales cooperativas Tipo A del país.
Evolución del índice de morosidad de las principales cooperativas Tipo A del país.

Crecimiento sostenido y bases sólidas

La evolución de los números del cooperativismo local entre 2019 y 2024 refleja un crecimiento que no solo fue constante, sino también superior al de muchos segmentos tradicionales de la economía. En ese quinquenio, los activos combinados de las cooperativas de producción y de ahorro y crédito Tipo A se expandieron de manera exponencial, en un contexto donde el crecimiento del PIB paraguayo promedio fue sensiblemente inferior.

En particular, al cierre del 2024 las cooperativas de ahorro y crédito registraron activos por G. 26,3 billones (US$ 3.359 millones, en promedio), mientras que las cooperativas de producción acumularon G. 23,5 billones (US$ 3.017 millones). Ambas categorías mostraron incrementos superiores al 45% en sus activos en los últimos cinco años, impulsados principalmente por el crecimiento del crédito, el fortalecimiento del ahorro interno y la reinversión de excedentes.

Sobre el punto, el presidente del Incoop destacó en el último informe del organismo que “el cooperativismo paraguayo se ha fortalecido incluso en los años más duros, demostrando que las bases de solidaridad, confianza y gestión prudente son una combinación poderosa para el desarrollo económico”. En este sentido, subrayó que el crecimiento fue no solo en volumen, sino también en calidad, gracias a mejoras en indicadores como solvencia, liquidez y control de morosidad.

La expansión de las cooperativas no solo se refleja en cifras macroeconómicas. Detrás de este fenómeno está también el fortalecimiento del vínculo con sus socios: cerca de dos millones de paraguayos —casi el 45% de la población económicamente activa— están hoy asociados a una cooperativa, beneficiándose de acceso al crédito, oportunidades de ahorro y diversos servicios que, en muchos casos, no ofrecen otras entidades financieras tradicionales.

Créditos y ahorros, los pilares del crecimiento

Uno de los principales motores de la expansión cooperativa en Paraguay ha sido el dinamismo de su cartera de créditos y el fortalecimiento progresivo de los ahorros captados de los socios.

A setiembre de 2024, las cooperativas de ahorro y crédito Tipo A reportaban una cartera de préstamos activos por G. 19,7 billones, equivalentes a unos US$ 2.514 millones, mientras que las cooperativas de producción alcanzaban un saldo de créditos de G. 9,5 billones, alrededor de US$ 1.224 millones. Estos números reflejan una expansión acumulada de aproximadamente 50% en los últimos cinco años, superando ampliamente el crecimiento promedio de la oferta crediticia en el sistema bancario.

La morosidad, por su parte, se mantuvo en niveles estables o en descenso: el índice de mora en las cooperativas de ahorro y crédito bajó del 7,2% en 2023 al 6,7% en 2024, consolidando una cartera de calidad razonable para el sector. En las cooperativas de producción, aunque hubo ligeros aumentos coyunturales por factores climáticos adversos, el promedio de morosidad cerró en 6,1%, dentro de márgenes manejables.

En paralelo, el crecimiento de los depósitos internos consolidó una base de fondeo sólida. Al cierre de 2024, las cooperativas de ahorro y crédito administraban G. 18,1 billones en ahorros de sus socios (US$ 2.310 millones), representando el 86% de su estructura de pasivos. Los productos a plazo —especialmente los depósitos a más de un año— fueron los que mostraron el mayor dinamismo, duplicándose en volumen en el periodo analizado.

“La confianza del socio es la base de nuestro sistema”, remarcó Carlos Romero en referencia a este fenómeno. Según explicó, el aumento de los depósitos a largo plazo es un reflejo de la estabilidad y credibilidad que las cooperativas han logrado construir, incluso en años de incertidumbre económica.

Así, con más crédito disponible, mayores niveles de ahorro y una gestión prudente de los riesgos, el cooperativismo paraguayo consolidó un círculo virtuoso que hoy sostiene a cientos de miles de familias, pequeños productores y microempresarios en todo el país.

Las cooperativas profundizan su digitalización, mediante servicios online, billeteras electrónicas, conexión a redes de pagos y plataformas de autogestión para los socios.
Las cooperativas profundizan su digitalización, mediante servicios online, billeteras electrónicas, conexión a redes de pagos y plataformas de autogestión para los socios.

Solvencia, liquidez y resiliencia del sistema

Por otra parte, más allá del crecimiento en volumen, el cooperativismo paraguayo también fortaleció sus indicadores de calidad financiera, consolidando un perfil sólido que refuerza su papel como pilar de estabilidad económica.

A diciembre de 2024, las cooperativas de ahorro y crédito Tipo A exhibieron un índice de solvencia patrimonial del 20,7%, superando ampliamente los mínimos regulatorios exigidos. En el caso de las cooperativas de producción, la solvencia alcanzó niveles incluso superiores, en torno al 37,8%. Estos ratios reflejan estructuras de capital robustas, capaces de absorber impactos negativos y sostener su expansión de manera prudente.

La liquidez, otro factor crítico en la gestión financiera, también mostró resultados positivos. Las cooperativas de ahorro y crédito cerraron el 2024 con un índice de liquidez del 22,3%, lo que implica que por cada G. 100 de obligaciones exigibles, disponen de G. 22 en activos líquidos. Esta capacidad de respuesta ante eventuales necesidades de fondos es fundamental para la confianza de los socios y para el normal desenvolvimiento operativo.

Desde la óptica de la morosidad, los resultados son igualmente auspiciosos. A nivel general, la cartera de créditos vencidos se mantuvo controlada, con descensos leves pero sostenidos en los principales indicadores. La mejora en la calidad crediticia, combinada con políticas de previsiones prudentes, permitió a las cooperativas reforzar sus márgenes de seguridad sin comprometer su crecimiento.

Al respecto, el presidente del Incoop afirmó recientemente que “el trabajo que las cooperativas están realizando en Paraguay es sumamente positivo”, y que el sector ha mantenido un crecimiento simétrico del 8% aproximadamente, consolidando su estabilidad financiera incluso en un contexto desafiante.

Modernización, impacto y desafíos

El cooperativismo paraguayo inició en los últimos años un proceso de transformación tecnológica e institucional que se consolida en este 2025. Entre los avances más destacados se encuentra la implementación del fondo de garantía de depósitos para cooperativas de ahorro y crédito, impulsado por el Incoop, que apunta a fortalecer la protección de los ahorristas y reforzar la estabilidad del sector.

En paralelo, las cooperativas profundizan su digitalización, mediante servicios online, billeteras electrónicas, conexión a redes de pagos y plataformas de autogestión para los socios. Desde el Incoop también se impulsa una central de información cooperativa, que mejorará la supervisión y la transparencia operativa. Estos cambios, ya visibles en 2025, buscan modernizar al sector sin perder su esencia solidaria.

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