Para Vidalia Sánchez, de la Cámara del Libro de Asunción-Paraguay (CLAP), en la última década la industria editorial en Paraguay ha experimentado una evolución, desde avances tecnológicos en impresión hasta el fortalecimiento de contenidos nacionales; sin embargo, aún persisten desafíos que frenan la expansión de la industria.
Uno de los hitos más importantes, recordó Sánchez, ha sido la modernización de las imprentas locales. Actualmente, la tecnología disponible en Paraguay permite una calidad de impresión y edición comparable a la de cualquier país con tradición editorial consolidada.
En relación con países como Estados Unidos, el mercado de libros alcanzó los US$ 14.200 millones, un crecimiento del 6,5% respecto al 2024; en España se vivió un año récord con 77 millones de libros impresos vendidos por US$ 1.350 millones; mientras, en Argentina el mercado se contrajo en un 50%, según la Cámara Argentina del Libro, siendo el costo del libro un factor determinante.
Lo digital avanza, el papel se mantiene
De acuerdo a la titular de la Cámara, la transición hacia el formato digital ha sido rápida en muchos países; sin embargo, en Paraguay el libro impreso mantiene su reinado. “Esto se debe, en parte, a la penetración de internet y tecnología en ciertos sectores, pero también a una fuerte preferencia cultural por el libro físico”.
De acuerdo a Sánchez, una de las principales barreras para la digitalización del libro paraguayo fue la ausencia de una legislación adecuada. La anterior ley del Libro no contemplaba los formatos digitales, lo que desincentivaba la inversión editorial por el riesgo de plagios sin posibilidad de reclamo legal. Con la nueva normativa, aprobada recientemente, se abre un nuevo capítulo para el desarrollo de libros digitales en el país.
Impactos de la pandemia
Como en muchos sectores, la pandemia afectó al rubro editorial y librero. Varias librerías y editoriales cerraron temporal o definitivamente. Sin embargo, a criterio de Sánchez, se observó una recuperación alentadora, con la apertura de nuevos espacios y una mayor oferta editorial.
“La competencia entre librerías ha mejorado la calidad del servicio, los precios y la variedad de títulos disponibles. Esta revitalización vino acompañada también de una importante iniciativa por fomentar la lectura. El programa Ñe’ẽry distribuyó 12.000 bibliotecas de aula en todo el país, lo que promovió la lectura entre estudiantes e impulsó la economía de editoriales y librerías”.
Tendencias del mercado
El perfil del lector paraguayo ha cambiado y se ha diversificado de acuerdo a Vidalia Sánchez. “Aunque durante mucho tiempo los libros más vendidos eran de historia, sociología o política, hoy la literatura marca preferencias”.
Además, alegó, han proliferado los talleres de lectura y escritura, en instituciones educativas como en espacios privados, organizados por librerías, sociedades de escritores o colectivos culturales. “Estas actividades refuerzan el vínculo entre lectores y autores y estimulan la producción local”.
Respecto a números, Sánchez comenta que es difícil acceder a datos exactos, sin embargo, un buen termómetro es el número de publicaciones registradas en la oficina del ISBN (código que identifica cada libro), que muestra un aumento sostenido en la producción editorial nacional.

Libro paraguayo en búsqueda de mundo
La participación de firmas nacionales en ferias internacionales, como la Feria del Libro de Buenos Aires, visibiliza parte del trabajo local en el extranjero. En la edición más reciente, Paraguay presentó 3.800 obras, entre novedades y títulos clásicos. Sin embargo, los esfuerzos aún no son suficientes para que el libro nacional tenga presencia estable en librerías internacionales.
“Cuando vamos a las ferias internacionales, la pregunta es ¿dónde se puede conseguir los libros paraguayos? El tiraje es de 500 y 1.000 ejemplares, máximo 2.000 ejemplares, lo que limita la posibilidad de exportar. Países como Argentina o México publican entre 3.000 y 20.000 ejemplares por título, lo que facilita la distribución internacional”, comentó Sánchez.
El ecosistema librero
Por otra parte, Pablo Burián, propietario de El Lector, en entrevista con ABC Negocios, concuerda con la titular de la CLAP: “los libros en Paraguay están dando pasos gigantescos en los últimos años. La promoción de la lectura ha generado cambios sustanciales en los índices de lectores”.
Burián destacó la implementación de políticas públicas y programas específicos y consideró como uno de los avances más importantes la promulgación de la ley de Fomento a la Lectura, como herramienta para articular esfuerzos desde el sector público, las editoriales y la sociedad civil.
“La lectura ya no es una actividad elitista o limitada a ciertos sectores”, comentó Burián. “Las ferias de libros se han multiplicado, al igual que las librerías, presentes en barrios, ciudades del interior y centros comerciales”.
La apertura de nuevas librerías ha sido un factor determinante. “La cercanía es fundamental, cuantos más locales abramos, más lectores se generan. Es un círculo virtuoso que nos acerca a la meta de convertir a Paraguay en un país de lectores”, sostuvo.
“En países desarrollados, tras una euforia digital, se está volviendo al libro impreso. Se ha comprobado que la lectura en papel tiene efectos positivos sobre la concentración, la comprensión y el pensamiento crítico, sobre todo en niños y jóvenes”, sostuvo.
Burián pone como ejemplo a Brasil, y la promulgación de la ley que restringe el uso de dispositivos digitales en aulas para menores de 17 años, reemplazándolos por materiales impresos. “El abuso de pantallas perjudica el desarrollo cognitivo, disminuye la creatividad, el sentido de humanidad, mientras el libro fortalece todas esas capacidades”, enfatizó.
El mercado editorial no solo ha crecido en infraestructura y políticas de fomento, sino también en la diversidad y volumen de publicaciones. Las editoriales extranjeras continúan ingresando al país con catálogos amplísimos que incluyen desde novelas, sagas y clásicos universales hasta obras académicas, libros de autoayuda, filosofía, liderazgo, historia y gestión empresarial, compartió Pablo Burián.
El crecimiento más significativo es el de la producción nacional. “Se está trabajando muchísimo en la creación de contenido local, hay una nueva generación de escritores paraguayos que están publicando libros de gran calidad. Cada vez más editoriales apuestan por el talento local y esto dinamiza el ecosistema literario”, resaltó
Piratería, desafíos y perspectivas
Pablo Burián como Vidalia Sánchez coinciden en los retos y desafíos que debe enfrentar el sector. Uno de los más importantes, de acuerdo a Burián, es la piratería de libros, práctica que golpea fuertemente a las editoriales nacionales e internacionales. “Hace un tiempo atrás la piratería entró fuerte, sin embargo ha disminuido. Se han hecho esfuerzos importantes desde las Cámaras y autoridades para controlar la venta ilegal. Además, según comentó Pablo, los propios consumidores han tomado conciencia de la importancia de apoyar a los autores y a las editoriales.
“La piratería no solo afecta económicamente a quienes producen libros, sino que también desvaloriza el trabajo intelectual y cultural que representa cada obra”. Burián se muestra optimista respecto al futuro: “si se mantiene la sinergia entre políticas públicas, inversión privada y compromiso ciudadano, Paraguay puede convertirse en un actor regional en materia de lectura y producción literaria”, finalizó.
Para Vidalia Sánchez, titular de la Cámara, a pesar de las acciones que impulsa el sector para su crecimiento, hay tareas aún no cumplidas, un reclamo constante desde el ámbito editorial y una de las acciones prioritarias es la instalación de bibliotecas públicas, populares y comunitarias, que permitan el acceso gratuito al libro, especialmente en sectores vulnerables.