Top 5 commodities que dominan el mercado global y paraguayo

En un contexto de volatilidad y transición económica, las materias primas mantienen su papel protagónico en el comercio mundial. Desde el petróleo y el oro hasta la soja y la carne, los precios en este año revelan un nuevo equilibrio entre oferta abundante, demanda sostenida y tensiones geopolíticas. Paraguay, con su matriz agroexportadora, refleja ese pulso global en sus principales rubros.

Internamente, la soja sigue siendo el motor del comercio paraguayo, aunque en 2025 atraviesa una coyuntura bastante desafiante.
Internamente, la soja sigue siendo el motor del comercio paraguayo, aunque en 2025 atraviesa una coyuntura bastante desafiante.

Los mercados de materias primas atraviesan en 2025 un período de transición marcado por una mezcla de estabilidad aparente y tensiones estructurales. Tras dos años de fuerte volatilidad —primero por la guerra en Ucrania y luego por los ajustes de oferta energética—, los precios se estabilizaron en un nuevo punto de equilibrio donde la abundancia productiva convive con una demanda global que no cede. Energía, metales y alimentos vuelven a ser los grandes termómetros de la economía mundial.

La oferta global crece empujada por grandes productores: Estados Unidos, Brasil, Arabia Saudita, Australia y China. En contrapartida, los costos logísticos, los fenómenos climáticos y las tensiones geopolíticas siguen condicionando las cotizaciones. A pesar de los avances en energías renovables y la desaceleración industrial en algunas regiones, la dependencia de los commodities tradicionales continúa siendo alta, sobre todo en Asia y América Latina.

En este sentido, el repunte del oro como refugio financiero, los vaivenes del petróleo y del gas natural, además de la presión sobre los granos definen el nuevo escenario. A esto se suman tendencias estructurales, es decir, transición energética, diversificación de proveedores y auge de minerales críticos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que, aunque la inflación de alimentos se moderó, los precios de base permanecen por encima del promedio prepandemia.

En ese tablero interdependiente, Paraguay —como productor agrícola y exportador neto— refleja las mismas fuerzas globales, con impactos directos en su balanza comercial y en la rentabilidad del agro.

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Top 5 global: las materias primas que marcan el ritmo

El mercado mundial de commodities sigue dominado por cinco grandes actores: petróleo, gas natural, oro, carbón y mineral de hierro. Juntos, concentran más del 60% del valor total de las materias primas cotizadas en el planeta, según estimaciones de Bloomberg y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Su evolución sintetiza el pulso económico global este año.

El petróleo crudo (Brent) mantiene su liderazgo con un precio promedio cercano a US$ 75 por barril en 2025 (US$ 63,55 la semana pasada), levemente inferior al año anterior. La mayor producción de Estados Unidos y la cautela de la OPEP+ moderaron las cotizaciones, mientras la demanda energética se mantiene firme, sobre todo en Asia. El gas natural, en cambio, registra un repunte interanual por la reconfiguración geopolítica tras la guerra en Ucrania, donde Europa reemplazó el gas ruso por GNL estadounidense y catarí, presionando al alza los precios en los mercados.

El oro atraviesa, por su parte, uno de sus ciclos más sólidos en décadas, rondando los US$ 4.000 por onza y consolidándose como principal refugio ante la incertidumbre global. Su demanda crece tanto en joyería como en reservas de bancos centrales. En el extremo opuesto, el carbón enfrenta una caída progresiva de precios ante la sustitución por energías limpias, aunque sigue siendo esencial para Asia. Finalmente, el mineral de hierro, base del acero, muestra una leve baja donde China modera su construcción y Australia incrementa la oferta.

El resultado es un mapa de precios más estable, pero con grandes contrastes sectoriales, donde los metales preciosos ganan terreno y los energéticos buscan nuevo equilibrio.

El mercado mundial de commodities sigue dominado por cinco grandes actores: petróleo, gas natural, oro, carbón y mineral de hierro.
El mercado mundial de commodities sigue dominado por cinco grandes actores: petróleo, gas natural, oro, carbón y mineral de hierro.

Top 5 local: el escenario paraguayo y su estructura exportadora

Internamente, Paraguay mantiene en 2025 un perfil agroexportador muy concentrado. Con datos de enero a septiembre, de acuerdo con el Banco Central del Paraguay (BCP), las exportaciones totales alcanzaron US$ 12.673,7 millones (+2% interanual), con predominio de rubros primarios y manufacturas de origen agropecuario (MOA).

Dentro de las exportaciones registradas, los productos primarios suman US$ 2.936,8 millones (-15,9%) —afectados por la caída de la soja—, mientras que las MOA ascienden a US$ 3.392,4 millones (+10,4%), empujadas por la carne bovina y, en menor medida, el aceite de soja. La energía eléctrica aporta US$ 905,3 millones (–1,1%).

Con ese marco, el Top 5 local en 2025 queda claramente delineado por la soja (grano), carne bovina, harina de soja, aceite de soja y arroz (parbolizado). El ranking excluye productos industriales y considera a la energía eléctrica como rubro aparte por su estructura de comercialización:

  • Soja (grano): continúa como principal producto por valor, pero con fuerte corrección: US$ 2.141,3 millones entre enero-septiembre (–26,8%), principalmente por precios internacionales más bajos y base de comparación alta.
  • Carne bovina: segundo pilar exportador, con mejora simultánea de precios y volúmenes: US$ 1.604 millones (+31,7%) a septiembre.
  • Harina de soja: dentro de las MOA, figura entre los productos con mayor incidencia en volumen en 2025, consolidándose como tercer rubro del complejo sojero.
  • Aceite de soja: aporta al crecimiento de las MOA y muestra exportaciones acumuladas por US$ 469 millones.
  • Arroz (parbolizado): vuelve a destacar su incidencia en 2025, apoyando la diversificación cerealera, a pesar de su merma en envíos.

En síntesis, la soja y su cadena (grano + subproductos) más la carne bovina concentran el núcleo del Top 5 local, con el arroz ganando tracción. La foto de 2025 combina menor ingreso por soja en grano con compensaciones parciales vía industrialización sojera y mejor precio de la carne, manteniendo a Paraguay firmemente inserto en los ciclos globales de commodities.

El Top 5 local en 2025 queda claramente delineado por la soja (grano), carne bovina, harina de soja, aceite de soja y arroz (parbolizado).
El Top 5 local en 2025 queda claramente delineado por la soja (grano), carne bovina, harina de soja, aceite de soja y arroz (parbolizado).

Soja: el pilar bajo presión de precios

En detalle, la soja sigue siendo el motor del comercio paraguayo, aunque en 2025 atraviesa una coyuntura bastante desafiante. Entre enero y septiembre, las exportaciones totalizaron US$ 2.141,3 millones según BCP, una caída interanual de –26,8%. La combinación de oferta récord en el Mercosur, desaceleración de la demanda asiática y tensiones geopolíticas entre grandes potencias mantiene los precios internacionales en sus niveles más bajos desde 2020, cercanos a los US$ 400 por tonelada.

“Los precios han bajado, están relativamente estables, pero en un nivel más bajo de lo que veníamos trabajando”, explicó Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), al referirse al comportamiento del mercado. “Hay mucha presión por el lado de la oferta. Brasil proyecta un aumento en su campaña este ciclo y crece ‘un Paraguay’ por año; es una locura su potencial para seguir creciendo” —añadió—, en alusión al peso del vecino país en la formación de precios globales.

El ejecutivo también señaló la distorsión que generan los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China. “Hoy el mercado puede depender más de una llamada telefónica que de reales factores de oferta y demanda. Eso genera mucha incertidumbre y muy poca previsibilidad”, expresó.

Pese al contexto, Paraguay mantiene su lugar como tercer exportador mundial de soja, y la campaña 2025/2026 avanza con siembras rápidas y humedad favorable. “El productor tiene que estar muy atento y hacer fijaciones parciales; no poner todos los huevos en una canasta. Ir haciendo promedios es lo mejor”, recomendó Pastore, enfatizando la necesidad de prudencia en la gestión comercial.

El desafío inmediato pasa por sostener la eficiencia productiva y ampliar la industrialización del grano, que es la vía más segura para amortiguar los vaivenes internacionales que siguen marcando el pulso del complejo sojero.

Carne y derivados de soja: los grandes dinamizadores

Mientras la soja sufre la presión de precios globales, la carne bovina y subproductos del complejo sojero sostienen el dinamismo exportador de Paraguay en 2025. Según el BCP, las exportaciones de carne más las menudencias bovinas alcanzaron US$ 1.621,8 millones entre enero y septiembre, lo que representa un crecimiento interanual del 27,7%. El incremento responde tanto a mayores volúmenes exportados como a mejoras en los precios internacionales, con una demanda sostenida desde Chile, Brasil, Taiwán e Israel.

El desempeño del sector cárnico confirma una recuperación firme tras años de precios moderados. Los frigoríficos paraguayos afianzan su competitividad por la combinación de sanidad del hato, eficiencia industrial y reconocimiento de mercados exigentes. Este impulso permite que la carne se consolide como segundo rubro de exportación nacional, con perspectivas de superar los US$ 2.000 millones al cierre del año si se mantiene el ritmo actual.

Dentro del complejo oleaginoso, los derivados de la soja también muestran avances. La harina de soja se ubicó entre los productos de mayor incidencia positiva en el crecimiento de las exportaciones, mientras que el aceite de soja registró un aumento interanual del 31,8% en el acumulado. Ambos rubros reflejan un mayor nivel de industrialización interna, con plantas aceiteras y de molienda que transforman parte del grano antes de su salida del país.

La estrategia de agregar valor interno se traduce en mayor resiliencia frente a las fluctuaciones internacionales. En el mediano plazo, el fortalecimiento del eslabón agroindustrial —junto al repunte cárnico— marca un punto de apoyo crucial para el comercio exterior paraguayo.

Arroz y diversificación agrícola

Asimismo, el arroz parbolizado, que en años anteriores había ganado protagonismo dentro del portafolio agroexportador, muestra en 2025 una fuerte contracción. Según el BCP, las exportaciones de este rubro alcanzaron los US$ 280,7 millones entre enero y septiembre, lo que representa una caída interanual de –20,8%. La merma responde tanto a la menor producción nacional como a la saturación de mercados regionales, principalmente Brasil y Bolivia, que redujeron sus compras ante un exceso de oferta doméstica.

No obstante, el commodity sigue teniendo un 3,3% de participación en el total de envíos de MOA, solamente por detrás del aceite y harina de soja lo que, a pesar de su caída interanual, sigue destacando la incidencia del producto en la balanza exportadora.

El retroceso del arroz refleja las tensiones que atraviesa la cadena cerealera: altos costos logísticos, menor competitividad cambiaria y limitaciones de infraestructura para sostener volúmenes de exportación constantes. Aun así, el rubro mantiene importancia estratégica por su capacidad de agregar valor local mediante el procesamiento parbolizado, que genera empleo rural y experiencia industrial.

La caída del arroz, contrastada con la estabilidad de otros cereales como el maíz y el trigo, subraya la fragilidad de la diversificación paraguaya. El desafío no pasa por ampliar la lista de cultivos, sino por dotarlos de condiciones que les permitan resistir los ciclos adversos del mercado internacional y reducir la dependencia estructural del complejo sojero.