Monetización de la naturaleza: la próxima ola de rentabilidad

La naturaleza se ha consolidado como un medio estratégico de inversión con diez soluciones financieras en marcha, alcanzando ingresos por US$ 102.000 millones en el 2024. Sin embargo, el financiamiento mundial deberá llegar a US$ 700.000 millones, según datos de las Naciones Unidas, para compensar el uso racional.

naturaleza
Mecanismos financieros para monetizar la naturaleza según el WEF

El informe del Estado de las Finanzas para la Naturaleza de las Naciones Unidas analiza los niveles de implementación y financiación de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) y los recursos que se necesitan para alcanzar objetivos concretos: limitar el cambio climático a 1,5 °C, proteger el 30% de la tierra y el mar, y alcanzar la neutralidad en la degradación de las tierras para 2030.

Los datos del informe señalan que en el 2024 se destinaron US$ 7 billones a actividades que impactaron a la naturaleza, el 7% del PIB Global, en contra de los US$ 102.000 millones alcanzados en iniciativas para conservarla.

Actualmente, hay más de 130 países que han incluido acciones en sus planes climáticos nacionales en relación al Acuerdo de París, camino hacia lograr financiamiento global que deberá llegar a los US$ 700.000 millones.

Los mecanismos utilizados por los países pasan desde los popularmente conocidos como bonos verdes, bonos azules, de sostenibilidad, de carbono, forestal, entre otros que se desglosan en el reciente informe de septiembre de 2025, elaborado por McKinsey y el Foro Económico Mundial (WEF), como posibles opciones para inversores, gobiernos, bancos, entre otras organizaciones interesadas.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Se estima que la mitad del PIB Global corre el riesgo de verse afectado por pérdida de la naturaleza y la brecha entre la valoración de la naturaleza en las decisiones económicas y financieras. El WEF señala a la pérdida de la biodiversidad y el colapso de los ecosistemas como la segunda amenaza global para los próximos diez años.

De responsabilidad social a activo valioso

La naturaleza pasó de ser un tema de Responsabilidad Social Corporativo (RSC) empresarial y público, para convertirse en un activo fundamental. El informe del WEF y McKinsey explica las 10 soluciones financieras que el sector privado ha adoptado y puede adoptar para generar rentabilidad mientras rescata el planeta.

La naturaleza no es un factor externo; es la “infraestructura” que sustenta el 50% del PIB global, según estimaciones del propio WEF. El informe “Soluciones financieras para la naturaleza” cuantifica el déficit de financiación que enfrenta la naturaleza y las herramientas para movilizar capital, dejando claro que la naturaleza es el motor de la próxima ola de rentabilidad a nivel global.

hitos
Hitos globales de monetización de la naturaleza

10 soluciones financieras ambientales

Las soluciones combinan instrumentos de deuda, vehículos de capital y mecanismos de fijación de precios internos, proporcionando una hoja de ruta para las corporaciones, la banca de inversión y los gestores de capital privado.

Bonos y préstamos vinculados a la sostenibilidad: Son dos propuestas que abren la puerta a una empresa que emite deuda o toma un préstamo en el que la tasa de interés se ajusta si cumple objetivos clave de rendimiento relacionados con la naturaleza. Esto incentiva la gestión interna del impacto ambiental, como reducir la huella hídrica o restaurar tierras adyacentes a sus operaciones.

Bonos y préstamos temáticos: A diferencia de los vinculados, estos dos mecanismos permiten que el capital se destine a proyectos con beneficios ambientales predefinidos, como infraestructura verde, reforestación u otros.

Canjes de deuda por naturaleza: Es un mecanismo a nivel soberano o de grandes corporaciones que condonan un porcentaje de la deuda a cambio de que el prestatario se comprometa a invertir esos fondos en la conservación o restauración de ecosistemas. Según McKinsey, es una triple victoria: aligeran la carga de la deuda, mitigan el riesgo crediticio y financian la naturaleza.

Empresas de activos naturales: Son vehículos de inversión que adquieren y gestionan activos naturales bajo principios de regeneración. El modelo de negocio se basa en maximizar tanto los rendimientos económicos (madera sostenible, cultivos de alto valor) como los resultados ecosistémicos (mejora de la calidad del suelo, secuestro de carbono).

Fondos de impacto: Fondos con un mandato dual estricto, logrando rentabilidad financiera y un impacto ambiental o social positivo y medible, logrando que los fondos escalen sus inversiones de nicho a sectores de alto volumen.

Créditos ambientales o para la biodiversidad: Aunque todavía es un mercado incipiente, tiene potencial similar al del carbono, a través de la emisión, verificación y comercio de unidades que representan un resultado positivo y medible en la biodiversidad. Las empresas pueden comprar estos créditos para compensar su impacto en la naturaleza.

Pagos por servicios ecosistémicos: Mecanismos contractuales en los que los usuarios de un servicio (una cervecera que necesita agua limpia) pagan a los proveedores por mantener la calidad de ese servicio.

Precios de naturaleza interna: Consiste en asignar un costo monetario interno a los impactos que la empresa genera sobre la naturaleza, guiando sus decisiones de inversión en nuevas locaciones, favoreciendo aquellas con menor impacto.

planeta
Bonos de carbono, bonos verdes, de sostenibilidad, de carbono, forestal, entre otros mecanismos para cuidar el planeta

El desafío de la implementación

Uno de los principales desafíos para la inversión en estos sistemas financieros a favor de la naturaleza es que requiere de métricas y la homologación de los marcos de divulgación y datos para que los inversores puedan comparar riesgos y resultados.

Asimismo, el informe señala que un desafío pendiente son las señales políticas y regulatorias claras para estimular la demanda del mercado y cambiar normas e incentivos para reconocer el valor total de la naturaleza.

Por otra parte, los supervisores financieros globales deben integrar formalmente en normativa los riesgos en las pruebas de estrés bancarias y en los requisitos de capital para la toma de decisiones de los potenciales inversores.

Para McKinsey y el WEF resulta crucial ampliar la cantidad de proyectos y desarrollar mecanismos de financiamiento blended que mitiguen el riesgo inicial y preparen los proyectos para el capital a gran escala, tomando en cuenta que en el mercado existen aún pocos proyectos de conservación listos para recibir inversión institucional.