Villeta en movimiento: donde el río impulsa la industria

La ciudad portuaria, que alguna vez fue sinónimo de cítricos, es hoy símbolo de transformación.
La ciudad portuaria, que alguna vez fue sinónimo de cítricos, es hoy símbolo de transformación.

En menos de una década, Villeta pasó de ser un puerto histórico a convertirse en un nodo clave del comercio exterior y de las inversiones industriales del país. El auge portuario, los megaproyectos energéticos y la expansión de parques industriales posicionan a esta ciudad sureña de Central como un motor silencioso del crecimiento económico nacional.

Villeta, que en el pasado fue conocida como la Ciudad de las Naranjas, hoy está dando pasos importantes en términos de desarrollo. Fundada en 1714 sobre la ribera del río Paraguay, su historia estuvo marcada durante siglos por el comercio fluvial y la agricultura. En la actualidad, sin embargo, la postal cambió por completo, con chimeneas industriales, convoyes de barcazas y camiones cargados de granos que dominan el paisaje.

En la última década, el distrito villetano se transformó en el principal centro portuario e industrial del país, con una inversión privada que supera los US$ 3.000 millones y más de 80 empresas instaladas en su territorio. Este salto no fue casual, siendo que la combinación de energía abundante y barata, estabilidad macroeconómica y ubicación estratégica, convirtieron a Villeta en una pieza clave del nuevo mapa económico del país. Desde su costa, Paraguay exporta hoy mucho más que productos: exporta capacidad, infraestructura y confianza empresarial.

Auge industrial y diversidad productiva

Así, el impulso económico de Villeta se explica por la concentración de industrias de gran escala que eligieron su territorio para instalar plantas productivas y centros logísticos. Cementeras, firmas químicas, alimenticias, agroexportadoras y astilleros conforman hoy un entramado que genera miles de empleos directos y mueve buena parte del comercio exterior nacional. Empresas como ADM, Louis Dreyfus, Caiasa, Inpaco, Nutrihuevos y el astillero japonés Tsuneishi consolidaron su presencia en la zona, reforzando su perfil exportador.

Tanto la disponibilidad de energía eléctrica competitiva, como la estabilidad macroeconómica y los incentivos fiscales —en particular la Ley de Maquila— fortalecieron este proceso. A ello se suma el interés de proyectos basados en energías limpias. Durante una presentación institucional, el viceministro de Mipymes, Gustavo Giménez, destacó que “las condiciones logísticas a través de la hidrovía y la producción sostenible que permite la energía verde nacional” convierten a Villeta en una base ideal para nuevas industrias químicas y energéticas.

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Igualmente, con una estructura que mezcla tradición portuaria y tecnología industrial, Villeta dejó de ser un simple punto de tránsito, pasando a ser hoy un centro de producción y transformación para el mercado regional.

Potencia portuaria sobre el río Paraguay

Siguiendo esta línea, el auge de la ciudad no puede entenderse sin su columna vertebral fluvial. Con más de 70 kilómetros de costa sobre el río Paraguay, la ciudad concentra una de las mayores densidades de puertos privados del país. Terminales como Terport, PTP Group, Puerto Caacupemí y Puerto Seguro operan de forma continua, movilizando granos, aceites, combustibles y cargas generales con destino a Argentina, Brasil y ultramar.

La ubicación —a poco más de 30 kilómetros de Asunción— y la disponibilidad de espacio logístico impulsaron la relocalización de operaciones que antes se concentraban en el puerto capitalino. Hoy, gran parte del comercio exterior paraguayo sale por Villeta, donde decenas de barcazas atracan diariamente para transportar mercancías a través de la hidrovía Paraguay–Paraná.

Esa transición permitió un desarrollo más ordenado, donde los nuevos puertos se levantaron en zonas no residenciales, con amplios accesos para camiones y sistemas integrados de control y embarque. De esta forma, Villeta se consolidó como el corazón logístico del sistema fluvial nacional, una posición que refuerza su papel como parte de la puerta de entrada y salida de la economía paraguaya.

Infraestructura y desafíos de conectividad

Por otra parte, el crecimiento de Villeta vino acompañado de una presión constante sobre su infraestructura. Su ubicación estratégica —a orillas del río Paraguay— le da ventajas naturales, pero el aumento del tráfico pesado y el flujo de contenedores exigen obras de mayor escala. Autoridades locales y empresariales coinciden en que la conectividad vial y fluvial es el siguiente desafío para sostener el ritmo industrial de la zona.

En respuesta, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) avanza con la rehabilitación de un tramo de la ruta PY19, que une Villeta con Alberdi, en un tramo de 68 kilómetros con inversión pública superior a los G. 100.000 millones. La obra busca reducir costos logísticos y mejorar la seguridad vial, especialmente para el transporte de granos y combustibles hacia los puertos fluviales.

A la par, el mantenimiento de la hidrovía Paraguay–Paraná y el dragado constante del canal se volvieron esenciales para garantizar que Villeta mantenga su liderazgo como punto de salida de las exportaciones paraguayas.

Proyección y nuevos horizontes

De esta manera, el futuro de Villeta se escribe con mayúsculas. Los proyectos de energías limpias y biotecnología, como la planta de fertilizantes verdes de Atome Energy o la biorrefinería Omega Green, consolidan su perfil industrial y amplían la frontera productiva hacia rubros de alto valor agregado. Estas inversiones, junto con la expansión de parques logísticos y la mejora progresiva de su infraestructura, proyectan a Villeta como el laboratorio del nuevo modelo industrial paraguayo: competitivo, sostenible y orientado a la exportación.

La ciudad portuaria, que alguna vez fue sinónimo de cítricos, es hoy símbolo de transformación. Su río ya no solo transporta mercaderías, sino también una visión de país que apuesta por el desarrollo a largo plazo. Por ende, en Villeta el crecimiento dejó de ser promesa y pasó a ser un movimiento constante.