¿Por qué se estancó la industrialización de la soja? Aceiteras reclaman “inequidades”

La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) destacó que, en el contexto actual, los números para procesar soja en Paraguay no resultan convenientes debido a la falta de una política industrial que permita a las aceiteras recuperar su competitividad. Recordó que una de las principales inequidades para el sector es la imposibilidad de recuperar los créditos fiscales del IVA al exportar productos industrializados.

Cosecha de Soja
La Cappro conserva la esperanza de que las condiciones de competitividad de la industria aceitera nacional puedan mejorar.Gentileza

Ante la difusión de estadísticas que señalan que en 2024 el ranking de exportadores de granos fue liderado por empresas con plantas procesadoras en Paraguay, la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) celebró que ese hecho haya reinstalado el debate e insistió en señalar que en el contexto actual “los números para industrializar soja en Paraguay no resultan convenientes”.

Añadió que la falta de una política industrial que favorezca el procesamiento y que las asimetrías con relación a otros países en cuanto al marco fiscal prueban que es “más competitivo enviar granos en estado natural antes que procesarlos en las industrias paraguayas”. Este escenario, insisten, limita el potencial no solo del sector sino de toda la economía.

“La industria paraguaya ha perdido competitividad con relación a plantas instaladas en el exterior, pero no por falta de tecnología o por impericia del sector privado, sino por los reiterados cambios en políticas públicas que imponen costos fiscales a nuestras industrias que las fábricas de otros países no sufren”, enfatiza el gremio de los aceiteros.

Señala que, si bien la industria aceitera paraguaya realizó grandes inversiones hasta ubicarse como la actividad transformadora con mayor saldo de inversión extranjera directa del Paraguay y que dio un salto en la capacidad de procesamiento de 1.500.000 a 4.500.000 toneladas por año, actualmente está obligada a exportar en estado natural debido a la pérdida de sus condiciones de competitividad.

Según la Cappro, prácticamente todas las industrias aceiteras suspendieron sus operaciones de forma anticipada este año, por lo que se proyecta que el nivel de actividad será extremadamente bajo para lo que resta del 2024.
La crisis que atraviesan las aceiteras debería convertirse en “un llamado de atención” para las autoridades, indicó la Cappro.

Un llamado de atención a las autoridades

La crisis que atraviesan las aceiteras debería convertirse en “un llamado de atención” a las autoridades, agrega la Cappro y destaca que hay grandes deficiencias en el modelo actual, que limitan el desarrollo de la agroindustria, que debe apuntar al desarrollo sostenible de nuestro país.

La competencia desigual también pone en peor posición de negociación a la industria aceitera con relación a las empresas que son netamente exportadoras de materias primas agrícolas en estado natural, que no tienen los altos costos de mantenimiento ni las inversiones en industrias”; añade.

Entre las inequidades que reclama el sector, se destaca la imposibilidad de recuperar los créditos fiscales del IVA al exportar productos industrializados. Otra dificultad que les afecta es que no cuentan con un régimen de admisión temporaria de soja, tal como tienen otros países, para importar en condiciones favorables la materia prima e incentivar la industrialización, al igual que agregar valor a los bienes de exportación.

La industria aceitera sufre en este año la falta de materia prima, muchas plantas ya están paralizadas por este periodo.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales destaca que, en el contexto actual, los números para procesar soja en Paraguay no resultan convenientes.

Así arrancó la molienda

Al cierre del primer mes del año, la industria aceitera agregó valor a 126.360 toneladas de oleaginosa, a través del procesamiento o molienda, según la Cappro. Este volumen muestra un incremento del 14% frente al registro del mismo periodo del 2024, pero se ubica por debajo de lo que se había conseguido en dos de los últimos tres años, en los que no hubo atrasos en la cosecha debido a condiciones climáticas adversas.

En el primer mes del año utilizaron apenas el 31% de la capacidad disponible en las industrias asociadas al gremio, que implica un aumento de 6 puntos porcentuales en comparación con el nivel que habían alcanzado en el mismo periodo del año pasado.

No obstante, apuntan que Cappro conserva la esperanza en que las condiciones de competitividad de la industria aceitera nacional mejoren y que el actual sea el año en que se comience a superar el estancamiento en los volúmenes de procesamiento, patrón que se mantuvo en los últimos años debido a los constantes cambios en las reglas que enfrenta el sector, destacan.

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