Cargando...
Según Almada, aproximadamente el 65% de la producción ha sido comercializado, dejando un 35% aún por vender. Sin embargo, los productores están siendo cautelosos y no se apresuran a vender el grano restante, a la espera de mejores precios del mercado, lo que refleja la volatilidad del mercado.
Asegurar la comercialización
Almada recomienda a los productores utilizar herramientas de protección de precios en la bolsa para mitigar el riesgo de pérdidas y explica dos tipos de mecanismos clave: PUT (opción de venta para productores con soja sin vender) y CALL (para quienes han vendido sus granos fisicos pero quieren benficiarse de posibles subas).
La opción PUT permite asegurar un precio mínimo para su soja, protegiendo contra caídas en el mercado. Por otro lado, la opción CALL permite a los productores participar en la subida de precios después de haber vendido su grano. Estas herramientas son fundamentales para que los productores puedan manejar la volatilidad del mercado y maximizar sus ganancias.
Según Almada, el productor que tiene soja no vendida y el precio en Chicago es de US$ 1.040 dólares por bushel (volumen seco especifico) y decide no vender todavía, puede comprar una opción PUT a ese precio, asegurando un piso de US$ 1.040.
Sin embargo, si el mercado baja a US$ 900 dólares por bushel, el productor todavía podrá vender su soja a US$ 1.040, lo que le permite evitar pérdidas significativas. En cambio, si el mercado sube a US$ 1.200, el productor perderá la prima que pagó por la opción (PUT), pero podrá vender su grano físico a un precio más alto.
De acuerdo a Almada, los productores que hubiesen vendido su grano físico y temen que el precio suba, tienen la opción CALL para participar en esa subida. Por ejemplo, si vendió su soja a US$ 1.040 y compra una opción CALL a US$ 1.060, si el precio sube a US$ 1.100, podrá capturar esa diferencia y beneficiarse de la subida del mercado.
Adopción
A pesar de sus ventajas, Almada reconoce que la adopción de estas estrategias en Paraguay es un proceso lento. Muchos productores aún no están familiarizados con las opciones y su funcionamiento, lo que genera un cierto nivel de desconfianza.
Sin embargo, hay un grupo pionero que ya ha comenzado a utilizar estas herramientas y ha visto resultados positivos.
Almada y su equipo trabajan para educar a los productores sobre la importancia de estas estrategias como mecanismos para mejorar la rentabilidad.
“Es crucial que se capaciten y se informen sobre las herramientas financieras disponibles. La producción agrícola es un proceso complejo que implica no solo el cultivo, sino también la comercialización y la gestión de riesgos, adoptando un enfoque proactivo”, finalizó el profesional.