La integración de herramientas como maquinaria inteligente, la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT), sensores y drones, permite a los productores paraguayos tomar decisiones más informadas y precisas.
Los sensores monitorean en tiempo real la humedad del suelo, los niveles de nutrientes y las condiciones climáticas, optimizando el uso de recursos como el agua y los fertilizantes. Estas herramientas permiten una intervención rápida y focalizada, lo que reduce las pérdidas y aumenta el rendimiento de la producción agroganadera.
Esto no solo mejora la rentabilidad para los productores, sino que también atrae a nuevas generaciones al sector, revitalizando la fuerza laboral del campo. La agricultura inteligente no es solo una cuestión tecnológica; es una estrategia integral que promueve una agricultura más resiliente, competitiva y amigable con el medio ambiente, asegurando sostenibilidad al campo paraguayo.
Para el ingeniero Nils Kaiser, especialista en agricultura digital y de precisión, la ciencia agronómica y las tecnologías aplicadas en los sistemas de producción, apoyan a los productores con técnicas y herramientas en la búsqueda de los siguientes objetivos: aumentar la productividad, reducir los costos de producción, facilitar las operaciones, y garantizar la sostenibilidad productiva.
“La agricultura es una actividad en la que se pueden obtener resultados variables, considerando el gran número de factores que intervienen. Se trabaja con plantas, que son organismos vivos cuyos procesos fisiológicos y desarrollo están potencialmente definidos por su genética pero dependen del ambiente, estos son factores generales con numerosas aristas, como por ejemplo las distintos nutrientes necesarios o las variadas plagas de cado uno de los cultivos”. Con esta reflexión inicia la entrevista de Nils Kaiser con ABC Rural.

Tecnología, datos y análisis
La agricultura digital, también denominada como agricultura de precisión, proporciona los medios tecnológicos para evaluar y gestionar la variabilidad de los diferentes factores, procesos y resultados de la producción agrícola, sostiene el experto.
La recolección de datos geolocalizados en formato digital, que se gestionan mediante programas y plataformas informáticas, utilizados como base para la toma de decisiones agronómicas y económicas, es una de las variables de mayor impacto positivo de la aplicación de tecnologías en el campo, comenta Kaiser.
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Poseer las herramientas, recolectar la información, y tener la capacidad de análisis y uso de los datos, permite a los productores alcanzar una visión mejor argumentada para la eficiente toma de decisiones que verán resultados en el corto, mediano y largo plazo.
“Mejores decisiones resultan en una mayor eficiencia de los procesos productivos; se disminuyen costos y/o se logran mayores resultados gracias a la utilización más criteriosa de recursos e insumos, con efectos positivos en la sostenibilidad económica y ambiental de la actividad”.
Estadísticas de uso
Nils Kaiser explicó a ABC Rural que en el último censo agropecuario del 2022 se pudo visibilizar por primera vez datos estadísticos respecto a la utilización de tecnologías de agricultura digital a nivel nacional.
“Respecto a la adopción de agricultura de precisión, analizando los datos segmentados por tamaño de finca, se visualiza que la mayoría de los usuarios en términos numéricos corresponde a los productores en los segmentos inferiores a las 50 hectáreas, proporcionalmente al total de su segmento lideran la adopción aquellos productores con fincas mayores a 500 hectáreas con valores entre el 9 y el 10%, seguido de aquellos que cultivan entre 100 y 500 hectáreas con tasas de adopción entre el 6 y el 8%”, resumió el especialista.
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Uso de drones
Respecto al uso de drones, Kaiser explicó que la mayoría de los usuarios corresponden a productores con un tamaño de finca superior a las 200 hectáreas, siendo la adopción proporcional mayor en la franja de 5.000 hectáreas para arriba con el 16%.
Para el especilista, estos datos indican que el país está en una fase inicial de adopción de tecnologías, y advierte dos dificultades que existen para la implementación de innovaciones tecnológicas en la agricultura: la inversión requerida para el acceso a la tecnología y la curva de aprendizaje para su utilización.
“Paraguay no es la excepción, pero existe el consenso entre los actores del sector, que una agricultura competitiva en los mercados globales requiere cada vez mayor eficiencia y resiliencia, lo que presupone mejoras en el nivel de inversión y conocimiento técnico, promoviendo en el mediano plazo la adopción mayoritaria de estas tecnologías”, enfatizó.
El famoso “depende” en agricultura digital
Para Kaiser, las tecnologías englobadas bajo el término de agricultura digital, son numerosas y transversales a muchos procesos de la producción, por ello, la interrogante es cuál es el costo de su implementación y su retorno en términos de productividad o ahorro de insumos. “La respuesta es, depende, término utilizado muy a menudo en la agricultura”.
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El resultado depende de una serie de factores, explica Kaiser, como las necesidades específicas y de la situación particular de cada productor e incluso de cada una de sus unidades productivas. “Potencialmente, contando con los datos necesarios, varios de los procesos de producción en una finca pueden ser optimizados, y los resultados se presentan a medida que la información generada mediante las tecnologías aplicadas, facilite la adopción de estrategias de manejo eficaces y oportunas desde el punto de vista agronómico y económico”.
Uno de los mayores desafíos de la agricultura digital, tanto histórica como actualmente, comenta el experto, es la gestión de los datos generados; específicamente su análisis, la obtención de conclusiones y su transformación en recomendaciones y acciones en el campo.
“Es relativamente fácil cuando se enfoca en unas pocas variables, por ejemplo, la fertilidad del suelo en un lote determinado. Con algunos mapas, gráficos y tablas se puede explicar la situación y proyectar la intervención necesaria”.
Sin embargo, reflexiona Kaiser, ¿qué pasa cuando son 20 lotes dispersos, cada uno con su particularidad, su variedad de cultivo, época de siembra, riego, situación fitosanitaria, condición meteorológica y con varias máquinas en operación simultánea, cómo analizar estos datos?
La IA como gran soporte
La solución para el análisis e interpretación de grandes volúmenos de información, de acuerdo al experto, y con un potencial de generar profundas transformaciones en la agricultura al igual que en otras industrias, es la inteligencia artificial.
“Al contrario de lo que muchos piensan no sustituirá a los profesionales del ramo, sino que proveerá las herramientas necesarias para analizar y transformar el gran volumen de datos disponibles a nivel de finca y de la región sobre el suelo, el clima, los cultivos, las máquinas y el mercado en recomendaciones de manejo acertadas y sugerencias de decisiones más convenientes de una forma simple, algo que hacerlo de forma manual muchas veces es inviable o no concluye en el momento oportuno”, enfatiza Nils Kaiser.
El potencial de la inteligencia artificial para la agricultura es fascinante, a partir de ahora los datos históricos y resultados de la experimentación agrícola, se convierten en la base de modelos predictivos que pueden responder con base estadística dudas cotidianas acerca del mejor planteamiento o manejo para los cultivos en una situación determinada.
Para el especialista en agricultura digital, la inteligencia artificial llegó para ser un aliado más en su búsqueda de rentabilidad, adaptación al cambio climático, seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental.