Wilson Rodríguez se dedica a la producción lechera desde hace 18 años. “Empecé con una vaca que tenía solamente 3 pezones (risas), no era ni siquiera una vaca completa. Luego de ahorrar un poco, adquirimos cuatro vaquillas, ya que también me dedicaba a la agricultura y cría de cerdos”. Rodríguez cuenta que con su esposa ordeñaban a mano en un pequeño brete de madera cruzada, y cuando llovía, ella tenía que atajar el paraguas para que él no se mojara y así fueron de a poco, hasta que lograron comprar su primera ordeñadora móvil.
Crecer y aprovechar la agricultura
“Cuando dejé la producción de cerdos y nos metimos más en el tambo, utilizamos el galpón para darles mayor confort a las vacas en producción para su descanso, armamos los comederos y fuimos creciendo en cantidad de animales. La agricultura fue nuestra aliada, contamos con 20 hectáreas, y en invierno producimos forraje para las vacas (ensilado de maíz), en verano hacemos rotación con soja, y con la producción lechera más la agricultura logramos juntar el dinero para construir el freestall (establo de camas libres), con ventiladores para las vacas”, narró Wilson.

Crecimiento sin suba de producción lechera
Con el paso de los años Rodríguez ya tenía una buena cantidad de animales en producción, y en 2024 mantenía un promedio de 16 litros de leche por vaca al día, sin embargo se estancó en crecimiento. “Se fueron juntando algunas cosas, el bajo precio de la leche en aquel entonces, problemas de pietín en las vacas, problema de preñez, y sinceramente muy desanimado; incluso puse en venta mis vacas porque quería dejar la producción. Vivimos un momento complicado”.
Cambio en la nutrición y salto
Wilson Rodríguez contó a ABC Rural que recibió la visita de Ronaldo Benítez de Supermix, con quien empezaron un plan de trabajo para aumentar su producción. Durante el proceso entendió que para mejorar su situación se debían hacer varios cambios, tanto en la parte nutricional, sanitaria y de manejo, y esto sería un proceso, hasta llegar al objetivo.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Benítez explicó que se hizo un análisis de las vacas desde la etapa de nacimiento, cría, recría y producción, el ensilaje utilizado, el balanceado, días abiertos de lactación, el porcentaje de preñez, entre otros elementos. “Realmente fue una evaluación integral. Y allí empezamos a cambiar algunos sistemas de manejo: pasamos de suplementar 2 veces al día a 4.
El proceso se inició hace casi un año y medio, y significó cambios que fueron desde la baja preñez de las vacas y hasta la producción de leche, como principales problemas, cumpliendo los cuatro pilares de la producción: manejo, sanidad, genética, pero principalmente nutrición.
Entre las estrategias estuvo la incorporación del tercer ordeño, cambiando los horarios de suplementación, y logrando una nutrición más homogénea (mezcla y proporción), dándoles a los animales lo que exactamente necesitan para cubrir sus requerimientos nutricionales.

Cambios a la vista
Los cambios y las mejoras se fueron dando gradualmente. Rodríguez comenta que Leandro Especie, de la zona de Casilla 2, ayudó mucho en la parte reproductiva de las vacas, por ejemplo, en el secado en el momento correcto, el manejo preparto, la inseminación sin perder el tiempo, ganando el tiempo al máximo. “Sin dudas la buena nutrición, ya que ahora en un solo balanceado tengo todo lo que necesito, cuando empezamos teníamos 35 vacas en producción hace un año y medio atrás, hoy tenemos 46 vacas en producción”.
Finalmente, Wilson Rodríguez sostiene que los resultados se fueron viendo poco a poco, y exigió mucha disciplina y cambios en todos los sentidos, desde el manejo y hasta de mentalidad. “Anteriormente, teníamos que preparar todo el balanceado, mezclar ensilado con núcleo, con minerales y un montón de cosas. Hoy, al usar un balanceado que tiene todo en un solo grano facilita enormemente nuestro trabajo, ya que es poner el balanceado y mezclar con el ensilado y prácticamente ya está”.
