El productor debe hacer un control de malezas antes de sembrar su soja, para tener una cama de siembra libre y productiva. Paraguay está en una zona tropical y subtropical y el crecimiento e incidencia de malezas es significativo.
Para el ingeniero agrónomo Gerónimo Ortiz, la principal maleza es la buva (Conyza bonariensis y Conyza canadensis), que infesta las zonas sojeras a nivel de toda la región Oriental; así como el kapi’i pororo (Digitaria spp.), el ype rupa (Richardia brasiliensis) y la santa lucía (Commelina spp), que por su parte contaminan en forma más localizadas y su incidencia llega al 40 y 60%.
Por otra parte, las malezas durante el desarrollo del cultivo emergen del banco de semillas y durante el desarrollo del cultivo, control cultural, en preemergencia (banco de semilla) y posemergentes.
La más importante es kapi’i una (Bidens pilosa y Bidens subalternans) que, de acuerdo al experto, el 80% del área de soja se encuentra infestada por esta maleza en los últimos cinco años.
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Asimismo, aparecen también la lecherita (Euphorbia heterophylla), y la ka’a ruru (Amaranthus hybridus), muy agresivas y tienen características similares en cuanto a densidad, desuniformidad en el proceso germinativo, resistencia al glifosato y en trabajos de campos. De acuerdo a Ortiz, se ha podido cuantificar densidades de 300 a 800 planta/m².
Impacto negativo
Las pérdidas que causan las malezas se pueden dar de diferentes formas y los efectos negativos están condicionados por la densidad de la maleza, el período de tiempo que estuvo infestando y compitiendo con el cultivo, con valores muy variables.
- Pérdida de rendimiento de granos (kg/ha.): por el efecto de competencia por luz, agua, nutrientes, espacio, etc.
- Baja calidad del producto cosechado: por presencia de cuerpo extraño (descuentos en los silos).
- Dificultad en las labores culturales y cosecha.
Principales malezas en desecación
El que determina qué herbicida se usará para la desecación es la especie de maleza que infesta la parcela. Generalmente, en el momento del control de las malezas están presentes entre cuatro y cinco especies. Algunas de ellas son la buva, la santa lucía, el ype rupa y el kapi’i pororo.
De acuerdo al ingeniero Ortiz, como los herbicidas son muy específicos, recomienda hacer combinaciones para poder ampliar el espectro de control y sinergismo entre los herbicidas con el objetivo de que se ayuden mutuamente. “En el momento de la desecación, aparte de la diversidad de especies, tenemos problemas muy graves, que es la diversidad en el tamaño de la maleza.
Y eso hace que se determine la dosis que se va a usar. Afortunadamente, en Paraguay aún tenemos muchas alternativas, y no tantas malezas resistentes”.
Sí o sí coadyuvante

Según, el Ing. Agron. Ortiz, el productor no puede especular: “Fracasar en la desecación será un dolor de cabeza hasta en la cosecha, ya que prácticamente hoy no tenemos opciones para corregir el problema de malezas durante el desarrollo del cultivo.
El uso de un coadyuvante en el primer y en el segundo golpe es fundamental”. No se puede especular con esto, insiste el experto.
Es un adherente penetrante, dispersante. “Generalmente, yo recomiendo el uso de aceite metilado de soja, que es una opción, pero después hay una infinidad de marcas y tipos en el mercado”.
Alternativas para la desecación
Ortiz recomienda en primer lugar trabajar con el glifosato, una base que generalmente va mezclada con un hormonal que destruye la membrana celular de la planta.
“Hay varios hormonales; entre los más comunes están el Fluroxypir, Dicamba, 2,4-D, Triclopyr y Halauxyfen. Uno de ellos se mezcla con el glifosato. En el caso de los hormonales, solamente controlan malezas de hoja ancha”, explica.
Hay productores que, de acuerdo al problema, ponen un tercer principio activo, cuenta el Ing. Ortiz, el más común es el Diclosulam, que permite una mayor eficiencia, especialmente sobre malezas como la santa lucía, ype rupa y buva. “En el caso del Diclosulam 84%, te permite controlar las malezas que están presentes; también tiene un efecto residual”.
Segundo golpe, presiembra
“Generalmente, se recomienda el segundo golpe de herbicida a partir de los 6 a 10 días después del primer golpe. Soy partidario de tener como punto de partida 10 días después, porque uno tiene la opción de monitorear el resultado del primer golpe, y se puede ver si hay o no rebrote de las malezas”.
El experto sostiene que para el segundo golpe existen en el país varias opciones. “Las dosis son muy importantes; por ejemplo, Glufosinato de amonio, con varias concentraciones y las dosis/ ha., varían en función a su concentración, es un herbicida muy utilizado cuando es al 20%, se recomiendan dos litros por hectárea; cuando es al 40%, se recomienda un litro; Glufosinato de amonio al 28% para el que se recomienda 1,5 litros por hectárea.
Otros activos para el segundo golpe
En el mercado está disponible otro producto que recomienda Gerónimo Ortiz cuando se refiere al Paraquat, que viene en varias concentraciones; las más comunes son al 20 y al 27%. “En ese caso, generalmente, se recomienda entre 2 y 2,5 litros por hectárea.
Excepcionalmente, algunos usan tres litros por hectárea. El Brontirex, que también es una mezcla de dos ingredientes activos, se recomienda entre 150 y 200 cc por hectárea”, manifiesta.
Finalmente, el experto propone otra alternativa muy usada, el Saflufenacil 70% (Heat) 50 gr/ha y el Carfentrazone al 40% (Aurora) 100 a 150 cc/ha., una alternativa para el control de santa lucía y la Ipomoea Spp (ysypo’i).