Seguro agropecuario: una herramienta clave para el campo paraguayo

En el vasto y productivo paisaje de Paraguay, la agricultura y la ganadería no son solo actividades económicas; son el corazón de la nación. Sin embargo, este sector vital opera a la intemperie, enfrentando riesgos que pueden desestabilizar la economía de un productor en un solo día por la falta de una herramienta clave: el seguro agropecuario.

Paraguay tiene un enorme potencial de
crecimiento para los seguros rurales.
Paraguay tiene un enorme potencial de crecimiento para los seguros rurales.GENTILEZA

Hablamos de sequías, heladas, vientos y enfermedades que afectan la producción. En este contexto, el seguro rural emerge no solo como una herramienta de protección financiera, sino como un pilar para la continuidad y la sostenibilidad del negocio agropecuario.

Para profundizar en este tema, ABC Rural conversó con Jesús Pusineri, experto en el rubro, quien considera que a pesar del enorme potencial productivo de Paraguay, el conocimiento y la adopción de seguros agrícolas y ganaderos aún son limitados.

“El nivel de penetración y utilización es bajo en comparación con los países de la región”. Este fenómeno –explica– no se debe a una falta de necesidad, sino a una compleja red de factores que van desde la falta de información hasta la percepción de que los costos son demasiado altos.

Muchos productores prefieren asumir sus riesgos, en vez de trasladarlos a una aseguradora; “un hábito que deja a sus negocios vulnerables ante cualquier imprevisto”, comentó.

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Bajo nivel de penetración

La baja adopción del seguro rural en Paraguay es un desafío multifactorial.

Además de la falta de información, está la desconfianza hacia los productos que ofrece el sector, la burocracia en los procesos de contratación y, en algunos casos, la percepción de que los productos disponibles no se adaptan a las necesidades específicas.

A esto se suma la ausencia de políticas públicas que impulsen la masificación de estos modelos de protección, dejando a los productores más vulnerables sin un apoyo sustancial para acceder a esta herramienta.

El seguro es una salvaguarda

Para un productor, es la diferencia entre una pérdida total y la continuidad del negocio. “El seguro es fundamental para reducir la vulnerabilidad, evitando una descapitalización tras una pérdida significativa y, garantizando la continuidad productiva y económica del negocio agropecuario, que, en su mayoría, es una industria a cielo abierto”, sostiene.

Pero su impacto va más allá; al mitigar la incertidumbre financiera, los productores pueden planificar a largo plazo, tomar decisiones más informadas e incluso obtener mejores condiciones de crédito, que ven el seguro como una garantía de respaldo en caso de imprevistos por condiciones adversas del tiempo.

Riesgos frecuentes en el campo

“La principal ventaja que obtienen los productores, muchas veces intangible, es la tranquilidad de contar con el respaldo de una cobertura”, reflexiona Pusineri.

Esta tranquilidad se traduce en una reducción de la incertidumbre financiera, un mejor acceso a créditos, mayor estabilidad de ingresos y una mejor capacidad de planificación a futuro. El experto recuerda experiencias concretas:

“Muchas veces los productores, para realizar un emprendimiento, toman créditos o invierten su capital, y al final no pueden llegar a cosechar o recuperar lo invertido por eventos desfavorables”. En estos casos, contar con un seguro ha sido la clave para “enfrentar los compromisos asumidos, continuar con las actividades y mantener los empleos”.

El seguro como motor de la inversión

El seguro no solo protege lo existente, sino que fomenta el crecimiento y puede ser un incentivo para que los productores aumenten su inversión en tecnología y mecanización. “Esta visión de futuro es fundamental para la competitividad del sector”.

De acuerdo a Pusineri, el mercado paraguayo ofrece una variedad de seguros para el sector agropecuario. Para los cultivos, existen coberturas contra riesgos climáticos e incendios, que incluyen sequía, granizo, viento, helada, inundación, exceso de lluvia, falta de piso en cosecha y golpes de calor. Para el sector pecuario, las pólizas cubren riesgos como la muerte o enfermedad del animal, el transporte, accidentes y la falta de alimento. En cuanto a la maquinaria, se ofrecen seguros para daños parciales o totales de equipos, especialmente contra incendios.

El costo de estas coberturas varía, pero generalmente están asociadas a los costos de producción o al valor del bien asegurado.

Las primas “pueden variar del 2% al 12% sobre el valor asegurado, dependiendo del riesgo cubierto y de la intensidad y frecuencia de la siniestralidad del mismo”.

Pusineri enfatiza que las políticas públicas son esenciales para fomentar el uso de seguros en el sector rural, mecanismos como un mayor financiamiento público para las coberturas, la provisión de incentivos fiscales o subsidios para reducir el costo de las pólizas y el establecimiento de marcos regulatorios que faciliten el acceso.

A nivel regional, se observa una tendencia hacia productos más innovadores, la integración de la inteligencia artificial y la cobertura de riesgos específicos.

“Los reaseguradores están con mayor apertura a los negocios, luego de las pérdidas catastróficas que sufrieron en el Cono Sur en las campañas 2021-2022”.

Inteligencia artificial y big data

Según el especialista, las principales innovaciones tecnológicas que están mejorando la precisión de las coberturas incluyen el uso de la inteligencia artificial y el big data para análisis predictivos.

Además, el uso de drones y la fotometría permiten realizar mapeos y recopilar más datos, mejorando la precisión de las evaluaciones de riesgos.

Sin embargo, los retos incluyen la mejora de la disponibilidad de datos estadísticos para evaluar riesgos climáticos, la reducción de los costos de las primas y la adaptación de los productos a las necesidades específicas del sector.

Paraguay tiene un enorme potencial de crecimiento para los seguros rurales, un futuro que, según Pusineri, dependerá en gran medida del respaldo de las reaseguradoras. El camino a seguir, dice, es el trabajo conjunto entre todas las partes para desarrollar nuevos productos que atiendan las necesidades de los diversos rubros del sector, desde pequeños hasta grandes productores.

Pusineri visualiza un futuro con seis premisas clave: expansión de la cobertura, incorporación de herramientas tecnológicas, gestión de políticas públicas, diversificación de productos, mayor profesionalización y resiliencia y sostenibilidad.

Finalmente subraya que la tarea es clara: educar, innovar y trabajar de la mano con los productores rurales para que el campo paraguayo pueda seguir creciendo, protegido de las inclemencias del tiempo y de los avatares del mercado.

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