Desde su llegada, los fieles se acercaron para agradecer, pedir bendiciones y honrar a la Madre, en una jornada que ya se siente como el inicio espiritual del mes mariano.
“No hay cansancio cuando la Madre camina con uno”. Entre los peregrinos destacó Saturnino Medina, encargado de cumplir la promesa de trasladar la imagen desde Itatí hasta Caacupé. Contó que esta tradición comenzó en el año 2000, y desde que acompaña este viaje lo hace con una devoción inquebrantable.
“No hay cansancio cuando la Madre camina con uno. Cuando uno ve a la Virgen avanzar, todo esfuerzo vale la pena. Sentimos que Ella viene a encontrarse con su pueblo. No hay cansancio cuando la Madre camina con nosotros”, expresó con emoción.
Su testimonio resume el espíritu de esta peregrinación: un camino de fe que cruza fronteras y fortalece los lazos entre comunidades hermanas.
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Un día que invita a agradecer y elevar plegarias
Las familias que llegaron desde temprano comentaron que la presencia de la Virgen de Caacupé y la Virgen de Itatí les trae paz y esperanza a todos, quienes buscan un consuelo en estos días de intensa devoción. Es por eso que hacen este encuentro, para renovar la espiritualidad.
Misa en Caacupé
Hoy a las 19:00 la santa misa será presidida por Mons. Guillermo Steckling, obispo emérito de CDE. Una celebración que reunirá a fieles de distintos puntos del país y que marcará el cierre de un día cargado de fe, gratitud y emoción.
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