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Los perifoneros se habrán atragantado cuando vieron la foto del titular de Diputados, Raúl Latorre, con un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU.
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Encima Latorre-í tenía un pin más grande que las insignias de los boys scouts.
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Ocurre que los voceros del “Quincho” califican de “cipayos” y otros calificativos despectivos a todos los que denuncian algo contra el “Patrão”, “Horror Colorado” o el gobierno de Santítere. La misma receta usaban los stronistas. Los opositores eran zurdos, homosexuales, barbudos, etc.
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Últimamente la oposición política y el juez Osmar Legal eran sus víctimas preferidas, según la “orden superior”, porque, ndajeko, obedecían órdenes de EE.UU. ¿En serio?
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Latorre-í tiene que prepararse porque sus mismos compañeros de “equipo” le dirán “cipayo”. O tal vez le exoneren porque es de la “famiglia”. Para los amigos todo, a los enemigos palo y para los indiferentes la ley, decía el Tiranosaurio.
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Aquí el cuento: Latorre-í reafirmó en EE.UU. que luchará contra el crimen organizado y el narcotráfico. Já. Ni con los “nepobabies” puede en Diputados. Ni siquiera se anima con el secretario “barrabrava” de su colega cartista Jatar Fernández. Puro discurso.
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Y hablando de chats, apareció el cuate de Jatar hablando animadamente con Lalo sin versículos bíblicos. Aparece también el imputado por presunto narcotráfico y lavado de dinero y exdirigente deportivo Diego Benítez. Se estaba armando otro “equipo de terror” había sido.
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Se estarán apretando la cabeza los profesores de Santítere porque confundió conceptos y se jacta de unos 100.000 empleos.
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Hasta ahora, mutis en la Fiscalía General por la lamentable actuación de la agente adjunta Matilde Moreno. No solamente no puede bailar La Bamba sino que profundizó la herida de una familia cuyo padre fue secuestrado. Imperdonable.
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Felizmente, dos sindicatos del Ministerio Público dieron la cara y pidieron disculpas públicas mientras Emily sigue callado.
