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Ahora, el Ministerio de Salud, en vez de abocarse a buscar solución a zonas de alta demanda, se centra en la integración de los servicios con el IPS. Uno de los alegatos de las autoridades sanitarias es que es que el Ministerio de Salud tiene mayor cantidad de centros asistenciales, lo que sería beneficioso para los asegurados del IPS, considerando que los mismos van a ser atendidos en estos hospitales. Sin embargo, no hay ninguna prohibición para que cualquier ciudadano, asegurado o no, sea atendido en algún hospital público del país. Es decir, no hay necesidad de acuerdo para que esto ocurra.
Además los hospitales del IPS mal podrían ayudar al Ministerio de Salud para recibir pacientes, ya que los propios asegurados no consiguen cama, no consiguen turno y no les abastecen los medicamentos e insumos.
Los centros asistenciales del Ministerio de Salud incluso están en peores condiciones porque además de la falta de insumos y medicamentos funcionan en estructuras en mal estado, con equipos averiados y otras precariedades.
Es decir, ambas instituciones prestan un servicio sumamente deficiente en el décimo departamento por lo que la integración de servicios mal podría ayudar para mejorar la atención.
Lo que Alto Paraná realmente necesita y merece es contar con un hospital de alta complejidad, que permita dar respuesta a la ciudadanía y no se tenga que estar buscando ambulancia para enviar pacientes críticos hasta la capital del país, y que se contraten la cantidad de profesionales especialistas necesarios para abastecer mínimamente la demanda.
Actualmente, existe un plan para que se construya un Gran Hospital del Este, pero el proyecto no es prioridad para el Ministerio de Salud, al decir de la propia ministra Teresa Barán.
Las autoridades locales tienen una actuación muy tibia al respecto, pues no hay un plan de trabajo que marque una hoja de ruta hacia el objetivo, pese a que es una necesidad urgente y muy necesaria.