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Visto así, suena demasiado bien. Estos medios de locomoción, una vez operativos, nos beneficiarían enormemente en un par de años. Lo que nos sorprende bastante es la forma y el contexto en que se dan estas noticias.
Es que, haciendo un poco de memoria, podemos recordar que hace poco se llevaba a cabo el estudio de factibilidad en conjunto con Corea del Sur en relación al primero. Proyecto muy ambicioso, a través de cuya red principal, se debía descomprimir el tráfico en el Departamento Central, lo que de por sí es necesario. Pero, tuvo un desenlace inesperado.
De un día para el otro, Paraguay desistió del acuerdo para la construcción del tren de cercanías, alegando el cambio de las condiciones negociadas. Se esgrimió el argumento de que la estatal de Corea del Sur, de forma súbita y sin mediar consulta, cambió las reglas del juego. Los representantes de este país, miembro de los llamados “tigres del Asia”, habría actuado en forma unilateral. Así, solo pretendían construir el tramo de Luque a Asunción, y la tasa de interés debía ser negociada, cuando Paraguay solamente aceptaba hasta 5 años de gracia.
De esta forma, y siempre según la versión oficial local, las cuestiones operativas eran poco ventajosas, por lo que se decidió desarrollar el proyecto con empresas paraguayas y recursos estatales. Básicamente, el plan consiste en buscar un socio a través de la subconcesión, enmarcado en la figura de una APP. En este escenario, el gobierno central aportará para mejorar las condiciones financieras del proyecto.
Una pena realmente, que años de estudios de factibilidad y enormes recursos destinados a consultorías terminen de esta forma. Parecería también llamativa una actitud semejante por parte de un gobierno que destaca por su seriedad y por el modo sistemático en que llevan adelante cualquier tipo de proyecto.
Quizás a los coreanos les generaron dudas los kilómetros de vías del tren ocupadas precariamente que deberán ser desalojadas. A lo mejor, optaron por volver a Seúl viendo lo que pierde diariamente FEPASA, solo por seguir operando. Y mientras que ellos buscan respuestas a estas preguntas, aquí escuchamos el anuncio del tren liviano que pondrá en marcha la Municipalidad de Asunción.
En la comunicación al público tanto del primer proyecto, ya con un despegue falso a cuestas, como del segundo, sumamente ambicioso también, indefectiblemente los voceros van a mencionar la presencia de ferrocarriles en la historia paraguaya.
Esto fue así, y podemos sentirnos orgullosos. Porque efectivamente don Carlos Antonio López, dentro de las muchas obras de progreso que llevó adelante, incluyó la contratación de ingenieros ingleses, los mejores en esa época -y hasta hoy- en la industria ferrocarrilera, y los puso a trabajar en el proyecto. De esta forma, la construcción comenzó en 1854 bajo la supervisión del británico George Padisson, a los que se sumaron Thompson, Valpy y Burrel entre 1857 y 1859.
Sin lugar a dudas, don Carlos encontró las arcas llenas, pero también supo administrarlas con criterio sano y mano firme. Posiblemente en aquel entonces hayan surgido muchos más problemas de los que podrían aparecer hoy, pero aun así en 1861 se realizó el primer viaje desde la estación central hasta el puerto. Con esto, nos ubicamos entre las primeras naciones de Sudamérica en contar con este adelanto tecnológico.
La tragedia de la Triple Alianza interrumpió la pujanza de la nación, como así también el avance del tren. No obstante, volvió a encender sus calderas y hacer mejoras y ampliaciones en reiteradas ocasiones, hasta que a inicios de la década del ‘70 se dejó de explotar por resultar solamente pérdidas en su operación. Así, se dejó al tren en el olvido y comenzaron a construir rutas, más económicas y prácticas considerando las distancias en el territorio de la república.
Don Carlos la tenía clara. Contrató a los mejores expertos y adquirió maquinaria de la mejor calidad de la época, para llevar adelante un proyecto que, si no prosperó totalmente, fue debido a factores ajenos a su propia naturaleza y propósito.
Más allá de cuestiones de financiamiento, Corea del Sur hubiese sido el aliado ideal para llevar adelante el proyecto que fue dejado de lado. En cuanto a la adjudicación del tren liviano, caso que se llegara a esa instancia, será primordial la contraparte privada que lleve adelante el proyecto. La historia y don Carlos nos observan, ojalá que hayamos aprendido algo.