Un ejemplo para copiar

Una vez más, Encarnación nos sorprendió apenas entramos a la ciudad. Tanto el centro histórico como la Costanera en toda su extensión estaban impecables, desde el césped del paseo central que parece una cancha de fútbol europeo, pasando por los bancos en excelente estado, hasta los camineros y el muelle invitando a visitarlos en obligados paseos. Y también hay que agregar, aunque nos duela: la ausencia de basura es llamativa, seguramente más para los capitalinos como nosotros.

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Es que no en vano la capital itapuense es conocida como “La perla del Sur”. Aquí el orden, la educación y principalmente, una forma de pensar y hacer las cosas de forma distinta saltan a la vista. Podríamos decir, de puro envidiosos y hablando mal y pronto, que se engalanó solamente para recibirnos por los festejos del Año Nuevo, y hasta aventurarnos diciendo “y también aprovechan que los carnavales están cerca, así se lucen”. Pero no es así, esta hermosa ciudad con más de 40 barrios luce así el año entero.

Las aproximadamente 100 mil personas que disfrutaron del espectáculo organizado por la Municipalidad encarnacena en la Costanera el 31 pasado, se alegraron no solamente con las celebraciones al aire libre, los fuegos artificiales fabulosos y el show de música para todos los gustos.

Lo más hermoso entre todo aquello, y que ponderamos especialmente quienes no estamos acostumbrados, es la reunión multitudinaria de personas, mayormente familias, en un ambiente sano, disfrutando - ¡impensable en Asunción! - de la cena en medio de miles de personas, donde cada grupo traía consigo su comida, cubiertos y copas, celebrando dentro de su núcleo, pero también brindando y confraternizando con las mesas circundantes. Demás está decir que las buenas maneras, gestos de amabilidad y actos de cortesía estaban a la orden del día.

Para los días anteriores y principalmente, para después de las celebraciones, Encarnación y la vecina Carmen del Paraná cuentan con varias playas habilitadas a lo largo de los más de 27 kilómetros de la avenida que bordea el río, siendo las más famosas de la primera San José, Mboi Ka’e y Pacú Cuá. Y en “Carmen” se encuentran 3 igualmente conocidas y apreciadas por los amantes de las actividades al aire libre: Tacuary, Pirayu e Ybycuí. Con -todavía- menor infraestructura que la capital departamental, esta hermosa península ya comienza, sin embargo, a perfilarse como una especie de capital del verano sureño para dentro de un par de años.

Algo están haciendo bien los encarnacenos, y desde hace muchos años. Tuvieron Costanera antes que Asunción, pero la concibieron de otra forma, con una visión a futuro que se cumplió y sigue en desarrollo. A diferencia de lo que vemos en la capital del país, las instalaciones aquí son de primera, está mucho más arborizada y cuidada, los bancos impecables igual que las luces y los baldosones son de buena calidad y están bien adheridos al piso. Con menos de 150 mil habitantes, y por ende un presupuesto por lejos mucho menor, la administración municipal hace bien las cosas, así de simple.

También llaman la atención la limpieza y el cuidado hacia las instalaciones, que parten desde la iniciativa de la gente con gestos como -cosa hermosa de ver- llevar su basura consigo. Claro que no faltan excepciones, pero son justamente eso. Otro detalle no menor son los carteles municipales exhibidos en los espacios públicos. “Encarnación es Segura y Limpia”, que nos recuerda sobre una importante cantidad de cámaras que cubre toda el área, pero el personal policial solamente se acerca -y lo hace muy rápido- en caso de detectar una situación de riesgo. De primer mundo.

La ausencia de vendedores informales como así también poquísimas personas en situación de calle nos hacen pensar en organizaciones no gubernamentales como también instituciones públicas haciendo su trabajo como es debido, ya que no puede explicarse de otra forma. Nuevamente aquí, y muy especialmente por el matiz tan social de estos aspectos, tenemos mucho que aprender de cómo se hacen las cosas.

La cercanía y estrecho intercambio comercial y cultural con la vecina Posadas también tienen una cuota alta de responsabilidad. Es que la capital de Misiones es, al igual que Encarnación, una joyita de orden y municipalización bien llevadas. Porque de eso se trata el copiar los hábitos, tomar lo bueno que tienen otros para ofrecer e incorporarlo, dándole matices propios y hasta, por qué no, mejorando el original.

¡Cuánto para emular encontramos en todo esto! Y sin otra intención que la de justipreciar el trabajo bien hecho por esta gente, qué bien nos vendría invitar a Luis Yd y su equipo de concejales para que nos enseñen sobre cómo liderar y llevar adelante estos proyectos. Aquí, no es necesario inventar nada, solamente copiar los buenos ejemplos.

Enlance copiado
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