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Estuvieron centradas en el excesivo y costoso abandono de sus obligaciones en el país, sumido en urgentes necesidades de todo orden. Peña respondió que seguirá viajando para posicionar al Paraguay en el mundo. Para demostrar que hablaba en serio, triplicó -en relación al año anterior- los gastos en pasajes y viáticos. Una fortuna. ¿Posicionar al Paraguay en el exterior y traer inversionistas? La idea es buena. El problema es que los Poderes del Estado arrastran muy mala fama, no son confiables. Más que en el exterior, Peña debería de trabajar aquí en procura de mejorar, alguito al menos, el rostro del país. Tenemos un Congreso, de mayoría cartistas, donde se retrata el Paraguay actual. Un retrato que no es para encuadrarlo. No se trata solamente de la inmoralidad de los tránsfugas, también de quienes convierten en leyes sus intereses personales o sectoriales.
Los extremistas de derecha tienen en común el desprecio a las mujeres. Javier Milei, el presidente argentino, anda detrás de un proyecto de ley que modifique el Código Penal. Busca anular el feminicidio, que tiene una pena mayor al homicidio. Milei no acepta lo que entiende por discriminación positiva. Le resulta igual que a una mujer le mate la pareja o un ladrón. Con este proyecto de ley, dice, “vamos a igualar en derecho al hombre y la mujer”. No porque mate a su pareja, el asesino tendrá una pena mayor que los demás delincuentes. ¿Igualdad en derecho? No existe. Un solo caso de los cientos: por una misma tarea, la mujer gana menos que el hombre. Milei está igualmente en la tarea de formar una internacional de la extrema derecha, con el beneplácito de Donald Trump. Santiago Peña, como admirador de ambos, es posible que sea convocado para integrar la asociación. Me viene a la cabeza el Plan Condor.
“No hay corrupción” dijo en estos días el senador cartista Bachi Nuñez para atacar a ABC Color. El diario dio a conocer la lujosa residencia de Santiago Peña en San Bernardino donde baja en helicóptero de las Fuerzas Armadas. ¿No es corrupción utilizar una propiedad del Estado para asuntos particulares? ¿No es corrupción autoasignarse seis millones de guaraníes mensuales en la dieta ante tantos padecimientos de una población por falta de medicamentos? ¿No es corrupción mantener una comisión garrote solo para extorsionar y amedrentar a las organizaciones sin fines de lucro que tan buenos y necesarios servicios prestan al país? No es corrupción llenar el edificio del Congreso con hijos, amantes, esposas, etc., con millonarios sueldos y que para nada sirven?
Ni el Mariscal López tiene tan apasionados defensores como los tiene el presidente Donald Trump en el Paraguay. El problema no es solamente ideológico, es seguir sosteniendo la mentira de que se le habían robado las elecciones. Se hicieron judicialmente todas las investigaciones pero nada irregular se encontró. Si es tan fácil en los Estados Unidos robar votos ¿qué pasó esta vez? ¿por qué perdieron los demócratas? Y lo otro. Con todas las pruebas documentadas, se pretende negar que los partidarios de Trump no asaltaron el Congreso para impedir que asumiera el candidato ganador. Las imágenes de aquel aciago día para la democracia ¿fueron una creación cinematográfica? ¿un espejismo colectivo? ¿es el mismo montaje para hacernos creer que los astronautas norteamericanos no pisaron la luna? Las personas que sostienen estos desatinos nos hacen pensar en Groucho Marx: “Hablan como idiotas; actúan como idiotas pero no se fíen, son idiotas”.
El Partido Colorado tuvo su 13 de enero. El Paraguay tendrá su 3 de febrero.
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