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Tras estas publicaciones, incluso sus allegados se encuentran renuentes a brindarle su apoyo en forma directa, mientras que otros sectores y grupos demuestran su descontento en forma abierta. Pero todo esto, bajo la luz del intercambio de conversaciones bajo el esquema aparente de corrupción y abuso de poder. Pero ¿qué paso antes? ¿por qué nadie hizo nada, cuando se le criticaba igualmente por asumir la titularidad del JEM bajo un título de abogado que presenta inconsistencias? ¿o cuando contrataba al novio de su hija (contrato permanente) como su secretario en la Cámara de Diputados, sin concurso y con un salario mensual de Gs. 8.500.000?
Incluso se habla de la existencia de una denuncia ante el Ministerio Público por persecución de inocentes y otros delitos, donde la constructora que realizó refacciones en su domicilio fue a su vez denunciada cuando al Diputado se le exigió el pago de las mejoras. Ninguno de estos casos despertó el interés de las autoridades sino hasta el detonante de conocimiento público, lo que a su vez nos hace pensar sobre el desinterés, en muchos casos causado, de quienes deben velar por el bienestar de la ciudadanía y en su caso de las organizaciones que deberían ser ejemplo de la rectitud que proclaman.
Ya en el año 2023, anunciaba mi renuncia al Colegio de Abogados del Paraguay, ante la total falta de acción con la designación del señor Orlando Gabriel Arévalo Zielanko como titular del JEM, pero sin ninguna mínima reacción de esta Institución, que hace a la vez presumir lo rápido con que la corrupción en nuestro país se extiende y ciega a quienes deberían imponerse a situaciones como estas.
Como en muchos casos de corrupción, estamos ante la posibilidad de ver el inicio de una investigación aparentemente formal ante una figura con antecedentes críticos de abuso de poder, pero que ciertamente responde a una reacción tardía, al avanzar tanto en el usufructo de los cargos de poder que hacen dudar de que su entorno lo pueda juzgar como corresponde y finalmente se dé una salida “políticamente correcta”para apaciguar las aguas de la crítica social y esconder al Diputado en algún rincón para que luego vuelva a operar.
Ciertamente la reacción a destiempo produce una justicia tardía que a su vez no es justicia. Mientras tanto, otras figuras oscuras de la política podrán seguir operando libremente, a la espera de otro desliz que se haga público, dado que es aparentemente la única forma en que las autoridades realicen su trabajo como corresponde.