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Incluso podría ser una serie, donde las intrigas y las sorpresas están a la orden del día, pues no pasa una semana sin que nuestras autoridades nos sorprendan con un nuevo disparate. A modo de colaborar con algunas ideas para que los cineastas puedan inspirarse, les recuerdo algunos episodios que, además de causarnos un sinsabor diario, podrían ser de utilidad para la industria del entretenimiento.
Uno que se me ocurre es el caso de los chats del fiscal Aldo Cantero recibiendo instrucciones del abogado Pedro Ovelar, representante del expresidente Horacio Cartes, para impulsar una causa contra adversarios políticos en una denuncia que presentó. Hoy día el fiscal Cantero sigue en funciones y la causa sigue en curso.
Otro podría ser el que afecta al fiscal Osmar Segovia, el que solicitó la extracción de datos de los celulares del fallecido diputado Eulalio “Lalo” Gomes.- Por aceptar la intervención de especialistas de la Policía Nacional (debido a que la institución a la que pertenece no tenía equipo técnico para realizar el trabajo), este agente fue trasladado de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico a una unidad fiscal multifuero del interior.
A no olvidar el caso del juez Osmar Legal, ahora en el ojo de la tormenta y también de la Fiscalía por comunicar al Ministerio Público el hallazgo de indicios de la presunta comisión de delitos varios como tráfico de influencias, entre otros, en los chats de Lalo Gomes, para la investigación correspondiente.
Como episodio grotesco se debe incluir el incomible “kuré caldo” que la empresa contratada para la provisión de almuerzo escolar sirvió en una escuela, situación denunciada por un grupo de padres de alumnos. Tras lo ocurrido, el Ministerio de Educación anunció un sumario a la directora que confirmó la denuncia y emitió una circular a través de la cual advierte a los directores de instituciones educativas de que no tienen potestad para expedirse sobre la calidad de los alimentos recibidos.
Como título de la película, claramente no le vamos a poner “El País de las Maravillas” e infelizmente no es “Solo un Sueño”. Y por más de que a cada tanto uno se pregunte “¿Dónde está el Piloto?”, probablemente le caería bien el nombre “Los Miserables” y/o “Pesadilla Maligna” de la que, evidentemente, no podemos contar ni con Mandrake para salvarnos.
En realidad, a fuerza de ser sincera, estos episodios de la realidad actual de nuestro país no son merecedores de un premio de tanta valía como la codiciada estatuilla dorada. Así como están las cosas, más bien podríamos aspirar a recibir el premio Razzie de la peor película, nominación nada apetecible por cierto, pero más acorde a la situación, dadas las posturas de nuestras autoridades ante los polémicos casos antes mencionados.
Es más. Incluso deberíamos estudiar la posibilidad de instituir un premio paralelo, más autóctono, tipo “Ñembotavy del Año” o “Ñembotavy de Oro” o algo así. Los candidatos más fuertes son el viajero que no sale de su termo, el que prefiere hacer la “vista gorda” y atosigar al mensajero y el que amenaza con sumarios y sanciones a denunciantes para luego, ante la difusión de la advertencia, decir que su intención fue malinterpretada.
rferre@abc.com.py