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Me he quedado atragantada entre el hallazgo casual de su millonaria mansión, las descomunales revelaciones de su patrimonio y los negocios de sus socios accionistas. Nos cerró la boca a todo el país con la confirmación que usted mismo hizo de que sí era socio -pero que dejó de serlo anteayer según comunicación al BCP- de quienes han estado ganando montañas de licitaciones. No era, había sido, ningún títere.
Ya era difícil la trazabilidad del dinero; el salto de la “pobreza” del 2017, de vivir en una casa prestada, a una feroz fortuna en el 2023. Lo criticable y objetable vino después: cuando descubrimos en su declaración jurada las acciones y las inversiones con allegados de negocios que empezaron a ganar contratos públicos, o aplicaciones de dinero de IPS.
Usted se ha estado paseando peligrosamente por la cornisa del artículo 237 de la Constitución Nacional, que le obliga a concentrarse con exclusividad en sus funciones; la nueva ley 7021 de contrataciones públicas en su artículo 21, inciso 1 donde están expresamente establecidos los cargos que no pueden contratar con el estado paraguayo. Y finalmente, en la ley 7089 de conflicto de intereses donde parecieran describir las conductas que Ud. ha tenido, tanto la vieja ley como la modificada que intentaron desmembrar sus correligionarios.
El día que revisamos su DD.JJ. observamos con preocupación el reporte de acciones y bonos en negocios que parecían estar ligados a empresas que iban ganando contratos públicos, exponencialmente; pero no teníamos el “dibujo” del negocio. Fue esta semana que pasó que encontramos la declaración formal del paquete accionario del Holding Ueno, actualizado al 18 de marzo pasado: Ud. aparece allí como socio de negocios -directo e indirecto- de varias empresas que tienen hoy día contratos públicos y hasta manejan dinero de IPS.
Ese documento, y luego su propia confesión de que AHORA se desprendió de esas acciones (luego de que esas empresas allegadas ya hayan sido favorecidas con contratos públicos) fue demasiado. Un poco tarde el desprendimiento, cuando en casi dos años ya han ido tejiendo un privilegiado entorno que mueve mucho dinero, otorga concentración de poder y brinda inevitable acceso y manejo de informaciones estatales altamente sensibles: lo que se llama un negocio redondo.
Muchos pensamos que Ud. era el títere del patrón. Hoy es un error conceptual estimarlo como un mero aprendiz; usted no solo está cortando los hilos de los que parecía colgar, sino que ya parece mover los suyos propios con total desparpajo.
mabel@abc.com.py