Ministerio de Familia

Una promesa electoral del movimiento Honor Colorado, ratificada el 7 de julio de  2023 por Raúl Latorre, presidente de la Cámara de Diputados, es crear un ministerio de la Familia, que sustituya a los ministerios de la Niñez, de la Mujer y alguna otra secretaría de esas que se crearon para complacer a las organizaciones no gubernamentales (ong/osfl/”sociedad civil”) que con esos logros buscan escalar ante sus amos del Foro Económico Mundial.

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El senador Gustavo Leite recordó, el pasado viernes 11 de abril en la 730 AM ABC Cardinal, que, en efecto, la creación del ministerio de la Familia fue una promesa electoral no ya de Honor Colorado, sino del Partido Colorado.

El presidente Santiago Peña, sin embargo, está pidiendo a los senadores que impulsan la concreción de dicha promesa que no la concreten porque a su criterio la población joven exige una atención ministerial particularizada y que no es el momento de hacerlo.

Creo en la intangibilidad de las promesas electorales. Lo creo porque la promesa electoral constituye, si contribuyó a una victoria electoral, el mandato del pueblo y porque si la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, su mandato es la fuente del poder de los que llegan al gobierno, su base de legitimidad, y la hoja de ruta que les ordenó el electorado.

El globalismo, el movimiento onegecero impulsado por el Foro Económico Mundial, se ha especializado en todo el mundo por desconocer el mandato del pueblo degradando la calidad de la democracia y divorciando a los que llegan al gobierno de sus promesas electorales para imponer su agenda fascista de establecer una gobernanza corporativa en la que no manda el pueblo sino las ong y las corporaciones empresariales.

Un ejemplo de este secuestro de la democracia es el que dio Friederich Merz, candidato democrata cristiano alemán que prometió frenar la inmigración hacia Alemania para lograr votos y cuyo primer discurso tras las elecciones en que resultó, por escaso margen, ser el más votado para ser canciller germano, se negó expresamente a implementar dicha promesa (rueda de prensa del 25 de febrero de 2025).

Muchos electores que le creyeron durante la campaña, habían olvidado que Merz trabajó en “BlackRock” uno de los principales conglomerados del globalismo y que su jefe real no es el pueblo alemán, sino el Foro Económico Mundial.

Los políticos no tienen derecho a burlarse así de los electores y no tienen derecho a violar las promesas en base a las que obtuvieron el mandato del pueblo para gobernar. Pero ese desdén por el pueblo (“cesta de deplorables” según la globalista Hillary Clinton -setiembre de 2016-) es la base filosófica, fascista, del globalismo, del Foro Económico Mundial.

Le digo a mi apreciado Santi (“corazón de melón”) que debe reconsiderar su posición, que recuerde que su jefe es el pueblo paraguayo, y en particular la mayoría que le dio el cargo, y no el Foro Económico Mundial, nefasta organización fascista que ya ha convertido a la Unión Europea en una dictadura.

evp@abc.com.py

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