Otra tragada millonaria

Con la manifestación de cañicultores de Mauricio José Troche exigiendo la terminación del nuevo tren de moliendas de la alcoholera Petróleos Paraguayos (Petropar) de Troche, se destapó otra posible tragada millonaria de dinero público por parte de las autoridades de turno.

El nuevo tren de moliendas, que está a cargo de la empresa Estructura Ingeniería SA (EISA), de Alberto Palumbo, fue adjudicado en el 2021 por G. 198.704 millones, y hasta la fecha, Petropar ya desembolsó G. 41.815 millones, sin que la obra esté terminada y sin moler ni una sola caña dulce.

Después de 10 días de manifestaciones y cierre de la Ruta PY02 por parte de los cañicultores de Mauricio José Troche y distritos cercanos de los departamentos de Caaguazú, Caazapá y Guairá, los productores y Petropar llegaron a un acuerdo para destrabar la medida de fuerza. El presidente de Petropar, Eddie Jara Rojas, se comprometió a preparar un nuevo proyecto y llamado para un nuevo tren de moliendas, mientras que la antigua obra fue judicializada y todo apunta a que, nuevamente, terminará en el “oparei”.

Se promete otro nuevo proyecto millonario y se judicializa la obra vieja, como si no supiéramos lo que eso significa en Paraguay: impunidad garantizada.

El caso se irá al fondo de algún cajón polvoriento del Poder Judicial y los responsables, otra vez, se irán de rositas. Mientras tanto, los pequeños productores siguen pagando el precio de la corrupción con sudor, hambre y abandono.

Del rubro de caña dulce dependen más de 40.000 personas de la región, pero eso no les importa a las autoridades de turno. Con tal de que se llenen el bolsillo, no les interesa quién muera o pase hambre en nuestro país.

Este modelo podrido de gestión estatal es un insulto a cada ciudadano honesto y trabajador. Es corrupción institucionalizada, legalizada y normalizada.

La ciudadanía no puede seguir siendo cómplice pasiva. Hay que exigir cárcel para los responsables, recuperación del dinero malversado y prohibición absoluta para que estas empresas sigan contratando con el Estado. Porque esto no fue un error, fue un robo. Y los ladrones, aunque vistan trajes caros y firmen contratos con logos oficiales, siguen siendo ladrones.

victor.barrera@abc.com.py

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