Feria del Libro y la batalla a la dura barbarie

El 29 de mayo se inaugurará la Feria Internacional del Libro (FIL) Asunción 2025. Serán 10 días de intensos encuentros entre la ciudadanía y la lectura. Un oasis cultural en medio de tanta barbarie que sufrimos en nuestro país, especialmente en el ámbito político.

En los últimos años ha habido una eclosión de publicaciones de libros en el ámbito local y la FIL se convirtió en la fiesta mayor que reúne a lectores, escritores, familias enteras amantes de los libros. Este es un emprendimiento enteramente privado, de la Cámara del Libro Asunción, Paraguay (CLAP), con participación de las academias, gremios literarios, universidades, colegios y de gente ávida de convivir con escritores y personalidades de la cultura. Últimamente también participan en la Feria los booktubers, una generación que contribuye a reverdecer el amor a la lectura.

En el Paraguay se está publicando mucho, y aunque no todo lo que se publica es óptimo, la calidad se irá decantando en el marco de la cantidad.

Está vigente la Ley de Fomento de la Lectura y el Libro, en cuyo marco se proyecta una difusión importante de obras nacionales en los centros educativos públicos. El Ministerio de Educación ha diversificado las fuentes de adquisición de libros. Prácticamente todas las editoriales y las librerías han tenido su cuota participativa. Esto revirtió la antigua práctica de cuasi monopolio en la provisión de libros al MEC por parte de ciertas proveedoras, sin mayor transparencia en el negocio.

Tal diversificación promovió un incremento en la producción literaria, sobre todo la destinada a la franja infantojuvenil, adonde se apunta para formar a los lectores.

La cultura y el arte, especialmente la literatura, son sustanciales en la formación de ciudadanía, en la consolidación de una sociedad con pensamiento crítico y en la proyección de la imagen país desde una identidad propia.

La pauperización educativa que heredamos de la dictadura, y que no hemos podido revertir aún luego de 1989, hace que tengamos hoy un país poco competitivo, con déficits dolorosos en comunicación y matemáticas. Sin el dominio de estas disciplinas es bien poco lo que le podemos ofrecer al mundo, salvo pequeños logros provenientes de talentos individuales surgidos del ambiente privado.

La exportación de cultura y arte —y de imagen país— requiere de políticas públicas sólidas que traspasen periodos gubernamentales.

Un ejemplo nos lo da Corea del Sur. El Estado fundó en 1996 el Instituto de Traducción Literaria, para promocionar la literatura coreana en el extranjero. Además, formó traductores de lengua coreana a idiomas fundamentales. Resultado: la surcoreana Han Kang ganó el Nobel de Literatura 2024. El Estado posibilitó que el talento local se universalizara y triunfara.

En la FIL Asunción expondrán talentos locales que esperan un impulso para salir del encierro y llevar el nombre del Paraguay al mundo.

Y quizá, con tiempo y voluntad, con más raciocinio y menos barbarie en la política, un nuevo Cervantes o un Nobel no sean objetivos tan utópicos.

nerifarina@gmail.com

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