Cartismo hizo que Prieto fuera figura nacional

En cualquier competencia de la vida la conjunción de odio, ira y arrogancia expone la debilidad aguda en quien los siente. Ese cóctel de pasiones apaga el entendimiento propio y otorga ventajas al contrincante para defenderse y atacar con éxito. Miguel Prieto era una figura local arrinconada en el Este. Hoy, por la furia del Quincho, se convirtió en político nacional.

Es tanta la fobia que el intendente de Ciudad del Este despierta en la cúpula cartista, que el movimiento que hegemoniza el poder en el Paraguay inició una guerra cuyas derivaciones pueden ser trambólicas, diría el Borracho de la Arbolada.

El Quincho utilizó su dominio de las precarias instituciones nacionales para hacer intervenir la Municipalidad de Ciudad del Este por supuestas irregularidades. Para no ser tan “obvio” se pidió también la intervención de la Municipalidad de Asunción, la de Nenecho, personaje que ya está molestando en el cartismo, por sus desbordes “emocionales” y por la plata que desapareció de su corral.

El cartismo no le perdona a Prieto el haber descoloradizado la municipalidad esteña, dominada antes por Javier Zacarías Irún, quien debe su fortuna a la comuna. Y sabe que por las vías democráticas difícilmente recupere el poder municipal en ese centro económico.

El anuncio de Prieto de que se postularía para las presidenciales y su popularidad en la región hicieron sonar las alarmas en la avenida España. Habría que bajarlo ya. Prieto comenzó a estar en las declaraciones de todos los capitostes cartistas. Y quienes antes no lo conocían lo conocieron así.

Para más, el domingo pasado Prieto hizo una diligente demostración de fuerza y robusteció el rencor del círculo áulico del Don. Buena parte del país le prestó atención, gracias al Quincho.

En ese contexto, el público pudo observar delirantes reacciones, como por ejemplo la del senador Zacarías Irún, que tuvo un súbito ataque de honestidad y de fervor místico por el cumplimiento de la ley. Los cartistas son divinos cuando claman en favor de la justicia.

Lo que debería haber hecho don Javier Zacarías era salir a marchar al frente de sus fieles para demostrar también su fuerza avasallante.

El cartismo tiene todo preparado para hacerlo destituir a Prieto. Es muy difícil que salve su cargo. Y correrán millones de razones para tratar de hacer que su gente lo abandone. Los “fondos sociales” de Itaipú están al servicio de los justos, según lo dijo Justo… Zacarías.

El drama central del cartismo para una eventual puja democrática en el Este (plata aparte) es Zacarías Irún. No es precisamente amor lo que sienten por él los esteños, y cualquier candidato que huela a él, tiene escasas posibilidades de victoria.

De cualquier manera, en el Este estará pujante la puja. Será para alquilar hampones. Podría darse ahí la madre de todas las batallas para el 2026 y el 2028. El Quincho tendrá que abrir su robusta caja fuerte ante la fila de sus “incondicionales” seguidores. El odio saldrá caro.

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