Son unos 137 niños y jóvenes quienes están incursionando en el mundo del arte a través de la música. El conservatorio musical fue creado con mucho acierto por el gobierno departamental del Alto Paraguay, para lo cual destinó más de G. 65 millones en la compra de modernos instrumentos musicales. Además, se encarga de costear el salario de un profesor llegado desde la capital del país, quien es el responsable de impartir las enseñanzas de manera diaria, en todos los horarios, a niños desde los 6 años en adelante, hasta jóvenes de 18 o más, dependiendo del interés que tengan en aprender música.
Este interesantísimo proyecto de apostar por el arte y la cultura es realmente digno de destacar, teniendo en cuenta que se da en un momento más que oportuno, ya que todo el distrito, además de otros en el Alto Paraguay, está afectado por un largo aislamiento.
La actividad trae una luz de esperanza y alegría, como una forma de euforia, en medio de tantas necesidades que se presentan a diario, al no tener la posibilidad de salir rápidamente de la comunidad por la falta de caminos, a lo que se suma la inmensa precariedad sanitaria.
El aislamiento que se vive en la zona es similar al encierro que se tenía durante la pandemia del covid-19, aunque tal vez un poco menor, pero con características semejantes. Por ello, el funcionamiento de este conservatorio musical representa, ante todo, una excelente oportunidad para que los niños y jóvenes puedan ocupar su tiempo libre en su formación personal y, además, en una valiosa formación cultural.
Esperemos que esto tenga la continuidad necesaria y que no sea solo una cuestión del momento, ya que anteriormente ya existía en esta comunidad un grupo musical de Sonidos de la Tierra que, por falta del apoyo necesario, se perdió en el tiempo y el espacio. La gobernación, al iniciar este proyecto, debe continuar con el apoyo y sostenimiento, pues de esta manera se logrará fortalecer la formación de estos estudiantes y, tal vez, descubrir entre ellos a futuros exponentes de la música de nuestro país.
Apostar en la formación cultural de niños y jóvenes ayudará a desterrar el analfabetismo cultural.
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