Eliminarán las letrinas, y falta Chatarra Cero

El Paraguay es un país de contrastes sorprendentes. Hay barrios de Asunción recargados de lujosas torres habitacionales (la mayoría vacías), y calles cruzadas por vehículos de altísima gama. Un paraíso. Y más allá, el reino de las letrinas y los ómnibus chatarras. Hoy tenemos una ley que eliminará las letrinas en las escuelas públicas. Faltaría una que extermine las chatarras de los transportistas impúdicos.  

El senador Silvio Ovelar había pergeñado un proyecto que hoy es ley: Letrina Cero. Eso puso a la vista una situación ignominiosa para cualquier país en pleno siglo XXI: una buena cantidad de centros de enseñanza estatales no tienen las mínimas condiciones de higiene para los estudiantes. Éstos deben acudir a instalaciones primitivas, como lo hacían nuestros abuelos y bisabuelos. Cubículos de tabla y lona. O, peor, un yuyal cercano.

El ministro de Educación, Luis Ramírez, reconoció que en el país unas 500 escuelas no contaban con baños y solo poseían letrinas al inicio del actual gobierno. Con recursos del MEC, gobernaciones y municipios, se logró —según el ministro— disminuir la cantidad de 500 a 350 letrinas.

La ley promulgada por el presidente Santiago Peña destinará unos 48 mil millones de guaraníes, mediante ampliación presupuestaria, para convertir esas degradantes letrinas en baños sexados.

Uno tiene todo el derecho a preguntarse: ¿cómo es que a esta altura de los tiempos y con los recursos destinados a la educación en los últimos lustros no se ha remediado esta vileza?

Alguno dirá que es un tema menor entre tantos dramas del país. ¿Menor? Esto hace no solo a la educación, sino también a la salud de los niños; a su bienestar, a su proceso de desarrollo integral, a su autoestima inclusive. Es uno de los evidentes signos de la inequidad social que golpea duro a la comunidad nacional.

Será menester poner manos a la obra y hacer que la ciudadanía vea dentro de un año los nuevos dispositivos modernos que sustituyan a las letrinas. Que el dinero no termine de nuevo enriqueciendo a gobernadores, munícipes y funcionarios desfachatados.

Hoy vemos, por ejemplo, los problemas que se suscitan con el proyecto Hambre Cero, con los incumplimientos en los reportes de recepción de raciones; con las raciones mismas.

Y tras ver la ley de Letrina Cero, esperamos una próxima: Chatarra Cero. La semana se cerró con otra jugarreta de los “empresarios” del transporte público en contra de la ciudadanía de a pie, la más desprotegida.

El gobierno no le encuentra salida al drama que tiene hondas raíces politiqueras. Los sinvergüenzas de gremio de los transportistas hacen lo que se les antoja ante la pasividad gubernamental.

Mientras, la gente ha pagado multimillonarios subsidios para engrosar la riqueza de los “empresarios”, que lloran miseria, pero no largan la mamadera.

Si este gobierno tuviera agallas, en poco tiempo más podríamos ver a una Asunción y otros centros urbanos con un servicio de transporte digno y acorde con este siglo. Basta de letrinas y chatarras.

nerifarina@gmail.com

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